En la nota anterior traté de explicar el escenario que en opinión de una consulta realizada por una encuestadora, arrojaba que un poco más del 70% de los venezolanos no ve a Maduro reconociendo ni entregando el poder a un opositor, aclaré que lo que uno piensa hoy de como será el futuro no tiene que ser lo que sucederá, pues en política no existen decretos de obligatorio cumplimiento.
No voy a tapar el sol con un dedo para no ver que el camino opositor está lleno de obstáculos y dificultades, que para producir un cambio en la conducción del país hace falta una voluntad acerada que supere cada obstáculo que se le presente y venza las dificultades que tenga que vencer.
El despertar de la voluntad no es nada fácil, porque implica una coherencia argumental y testimonial para que sea autentica, la ruta de las primarias tiene que considerarse una batalla, que si bien no decide el desenlace del conflicto, coloca a un sector unificado al frente del descontento, le da rostro y voz a la Venezuela posible, a la sociedad de libertades y oportunidades que aspira la mayoría sin olvidar que la minoría hará todo lo que pueda para mantenernos en la pobreza y el caos.
Salvando las enormes distancias históricas y sólo como elemento comparativo, el Libertador Simón Bolívar apeló a un recurso que aún ocasiona controversia por lo radical que representó decretar la Guerra a muerte a españoles y canarios aún siendo inocentes, en ese momento la confusión en el dividido ejercito liderado por Bolívar impedía la construcción y avance de una voluntad con identidad propia, que izara estandarte con pasión libertaria en el campo de batalla, a partir de ese decreto quedó claro que la guerra tenía dos bandos claramente definidos y con objetivos distintos, con la muerte en combate del asturiano José Tomás Boves, quien organizó y lideró un ejercito de llaneros venezolanos en contra del ejercito liderado por Bolívar, se cierra ese ciclo de confusión y la voluntad a favor de la independencia cobra fuerza y unidad.
Algunos políticos avizoran que la inhabilitación a María Corina si sale vencedora en las primarias con el impedimento ilegal del régimen para que se inscriba en el CNE de Maduro y compita en las presidenciales de 2024 que ya se anuncian adelantadas, obligaría a María Corina a levantarle el brazo al segundo o a cualquier otro candidato para que compita con Maduro, déjenme informarles que ese es un escenario imposible, que la lucha de la señora Machado como ella misma expresa es espiritual, no en el sentido místico religioso, sino espiritual entendido como una fuerza de voluntades alineadas con un objetivo definido que es la liberación de Venezuela de una ideología fracasada y de una influencia nefasta que nos distancia de un porvenir de bienestar y progreso.
Maduro es un pésimo gobernante pero no es bruto, entiende que para lavarle la cara al autoritarismo tiene que realizar elecciones, en donde por supuesto lleve la ventaja escogiendo con quien competir una vez haya dividido hasta su mínima expresión las opciones opositoras.
Así, que no se trata de seguirle el juego designando candidatos por descarte que él acepte, en ese escenario no veo a María Corina ni a otros venezolanos que desde el exterior y en el país están batallando para que las primarias con todas las limitaciones que afronta se conviertan en una victoria que unifique voluntades, fortalezca la confianza y arroje un rayo de esperanza para un cambio verdadero.
De no realizarse el evento primario entraríamos en otro escenario imposible de precisar, uno al que se sabe cuando se entra pero no cómo y cuándo se sale.