El paso del supertifón Saola, que azotó el extremo de norte de Filipinas esta semana, ya deja alrededor de siete millones de dólares en daños a la agricultura y al menos 46.000 personas siguen desplazadas, informaron este viernes las autoridades locales.
En un informe publicado hoy, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC, en inglés) indicó que hay 387.242 personas afectadas en el archipiélago, de las cuales 46.528 permanecen fuera de sus hogares, mientras que valoró los daños en infraestructuras en unos 41 millones de pesos filipinos (668.000 euros o 725.000 dólares) hasta el momento.
Asimismo, el NDRRMC cifra en más de 395 millones de pesos filipinos (unos 6,4 millones de euros o 6,9 millones de dólares) los daños a la agricultura, en un momento en el que persiste la elevada inflación en el país, que presiona sobre todo los precios de los alimentos, especialmente el del arroz.
El ojo del supertifón, que no tocó tierra, cruzó el estrecho de Luzón la madrugada del miércoles entre los archipiélagos filipinos de Babuyan y Batanes con vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora y rachas de hasta 240 kilómetros por hora, según publicó la agencia meteorológica estatal PAGASA.
Las fuertes lluvias persisten este viernes en buena parte de la norteña isla de Luzón en medio de la inestabilidad climatológica generada por el supertifón, que ha provocado inundaciones en varias provincias y ha dejado imágenes de calles anegadas en Manila.
Saola se dirige ahora hacia Hong Kong, donde el Gobierno ordenó ayer a la administración que se prepare para “el peor escenario posible” ante su aproximación y anunció la suspensión de su mercado de valores, así como el cierre de escuelas y algunos comercios a partir de este viernes.
Filipinas registra unos 20 tifones o tormentas tropicales al año y padeció en julio los destrozos del Doksuri, que causó al menos 25 muertes y un reguero de destrucción a su paso por el norte del archipiélago. EFE