El próximo 8 de septiembre se cumple un año de la muerte de Isabel II, cuya muerte no solo marcó las vidas de sus familiares y más allegados, también las de los ciudadanos británicos. Durante diez días su cuerpo recorrió diferentes ciudades entre Balmoral, donde falleció, y Londres, para ser velada por el pueblo, que la despidió de forma masiva en la capital del país en una ceremonia que forma ya parte de la historia.
Por infobae.com
Desde entonces, sus descendientes se afanan en continuar su legado e intentar que la institución siga teniendo cabida en la sociedad del Reino Unido, en la que buena parte de la población se identificaba, más que monárquica, isabelina. Y no se trata de un reto fácil: Isabel reinó durante más de 70 años y hoy día sigue liderando las encuestas de popularidad de la familia real, en la que sus descendientes directos luchan por escalar puestos.
Mientras que Carlos III está teniendo una buena acogida, su heredero se está encontrando con diferentes problemas que están derivando en una crisis de popularidad. El príncipe Guillermo está viviendo un verano muy complicado en el que su nombre se ha puesto en entredicho en varias ocasiones al encadenar diferentes polémicas.
De todas ellas, las dos últimas han tenido un peso especial dado que el príncipe de Gales no ha tenido tiempo a recuperarse entre ambas. La primera está relacionada con el mundial de fútbol femenino, al que decidió no viajar pese a que el equipo inglés llegó a la final. Nadie entendió que siendo presidente de la Football Association no cogiera un vuelo a Sídney, donde sí estuvo presente la reina Letizia junto a la infanta Sofía. De hecho, la asistencia de la mujer de Felipe VI y su hija menor agravó el incidente, hasta el punto de que Guillermo tuvo que publicar en sus redes sociales un vídeo de disculpas.
“Siento no poder estar allí”, comenzaba diciendo en el vídeo, en el que no desveló el motivo de su ausencia y deseo buena suerte a las futbolistas. Todo esto, sumado a que estaba acompañado de su hija, la princesa Charlotte, provocó que le acusaran de excusarse en la niña para espantar las críticas. Otros, por su parte, vieron negativo que sus hijos, los príncipes George y Louis, no estuvieran presentes.
La oveja negra
Cuando todavía no se ha pasado el clamor de esta polémica, otra ha llegado a la vida de Guillermo. Hace unos días salían a la luz unas imágenes en las que compartía coche con el príncipe Andrés, la oveja negra de la familia real. Pese a que en sus últimos meses de vida Isabel intento restaurar la muy dañada imagen de su hijo favorito, no logró que la nación volviera a aceptarle tras sus escándalos. Por eso han llamado tanto la atención las fotografías de Guillermo con él.
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