El ejemplo más claro lo podemos ver en Guatemala dónde la “justicia” o la injusticia pretendía arrebatar el triunfo a Bernardo Arévalo en las presidenciales en la segunda vuelta y desconocer el triunfo con artimañas electorales con medidas venidas del ministerio público y otras, pero la presión internacional se impuso sobre todo de la Organización de Estados Americanos (OEA) un organismo que causa urticaria a algunos países entre ellos Nicaragua, Cuba y Venezuela.
El Consejo Permanente de la OEA fue llamado a una sesión extraordinaria el día viernes luego que el candidato ganador Bernardo Arévalo denunciara que existía un golpe de estado para desconocer el resultado de las elecciones, y en esa sesión extraordinaria del viernes en la OEA se puso la máxima presión que llevó a ceder a quienes pretendían afectar los resultados de las urnas electorales.
En el caso de Venezuela Nicolás Maduro experimenta sanciones y presiones que van y vienen, pero ahora cuando está entrando en la etapa preelectoral de unas elecciones presidenciales que el régimen todavía no quiere anunciar o se niega, necesariamente vendrán muchas más presiones le guste o no le guste al régimen.
Adicionalmente, aumenta la represión y se criminaliza la protesta.
Amnistía Internacional denuncia el acoso y la persecución de los familiares de los presos políticos.
Más de un millar de personas familiares de los presos políticos son víctimas de amenazas y atropellos del régimen en todo el país.
Esto deja ver la falta de escrúpulos y el ataque permanente a los venezolanos violando descarada y sistemáticamente los derechos humanos.
De igual manera, el propio Nicolás Maduro arremete en contra del canal la Voz de América al querer descalificar un reportaje del periodista Gustavo Ocando Alex titulado “En las playas cristalinas de Venezuela se disimula la crisis”, dónde se citan testimonios de los propios trabajadores del Parque Nacional de Morrocoy en Falcón.
Pareciera que el régimen no quiere ser perturbado en la tranquilidad de su reino dónde se amenaza y persigue a quienes no quieren callarse todos los desmanes y sufrimientos que pasan los venezolanos todos los días.
Existe toda una estructura que ha permitido ese status quo miserable y perverso hundido hasta el cuello.
La comunidad internacional está atenta y vigilante a los acontecimientos de Venezuela y la presión internacional, estoy seguro, dará sus frutos. Hay que confiar en la democracia, en la gente y la presión internacional de Estados Unidos, la OEA, la Unión Europea y otros organismos.
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