La falta de electricidad en Ureña se ha vuelto cada vez más frecuente y severa, perjudicando seriamente la actividad económica de la zona, donde aún operan varias fábricas de ropa, lavanderías y zapaterías.
Anggy Polanco // Corresponsal lapatilla.com
Un empresario de Ureña contó que todo el municipio, que se distingue por su vocación industrial, sufre las consecuencias. Por ejemplo, en las lavanderías los pantalones se quedan con químicos a medio proceso cada vez que se corta la luz, lo que provoca que la prenda se dañe y pierda calidad.
Los horarios de trabajo habituales se han alterado, porque la energía eléctrica se interrumpe en plena jornada diurna, explicó el fabricante. Cuando se va la luz, también se quedan sin comunicación, porque las señales telefónicas se caen.
Un negocio que ha dejado de ser rentable en la zona es el que hacen las amas de casa con la venta de hielo o helados, porque no pueden conservar sus productos congelados.
En algunas carnicerías han recurrido a salar las carnes para preservarlas. Los pocos fabricantes que quedan en Ureña intentan hacer lo imposible, cuando se corta la electricidad en su sector, a veces corren al otro sector que tiene luz para poder cumplir con sus pedidos.
Sin embargo, hay días en que los cortes eléctricos afectan a todo el municipio al mismo tiempo y se extienden entre 4 y 8 horas diarias.
Carlos Taborda, concejal de Ureña, dijo que los servicios públicos en Ureña son un desastre, pues hay entre tres y cuatro cortes sin horario fijo.
“Nosotros necesitamos que nos informen cuál es el horario de los cortes eléctricos para que nuestra zona industrial y las personas que emprenden puedan adaptarse”, afirmó Taborda.