Desde su anuncio, la primaria presidencial de la oposición prevista para el 22 de octubre ha estado marcada por incertidumbre y múltiples retos que aún no se disipan: distintas voces de la oposición denuncian que el oficialismo busca dinamitar el proceso, pero de llegar a concretarse como está planificado, no es clara la estrategia en caso de que triunfe un candidato inhabilitado.
Por Carolina Alcalde / vozdeamerica.com
El diputado oficialista y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, ha calificado como un “fraude” la primaria en la que la oposición busca definir al abanderado que se medirá con el gobierno en las presidenciales de 2024, cuya fecha se desconoce, y ha advertido que no se permitirá la inscripción de un candidato inhabilitado.
“Yo solamente les digo, muy suavecito, no te vistas que no vas”, expresó el presidente Nicolás Maduro el miércoles pasado durante un acto en el estado La Guaira.
Mientras los candidatos recorren el país, en medio de episodios marcados por violencia proveniente de sectores del chavismo, según sus denuncias, sondeos de firmas privadas coinciden en que la aspirante María Corina Machado, sobre quien pesa una inhabilitación para ejercer cargos públicos considerada “ilegal”, es la favorita en la intención de voto.
La más reciente encuesta de ORC Consultores expone que Machado lidera la intención de voto en la primaria con un 41,42 %, seguida por Henrique Capriles, con 4,43 %; y Freddy Superlano, con 4,12 %.
Los tres fueron inhabilitados por Contraloría General de la República, durante la gestión del ex contralor, Elvis Amoroso, ahora presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo encargado de la organización de las elecciones en el país que, a juicio de parte de la oposición, tiene el objetivo de crear desconfianza en el árbitro electoral para desincentivar el voto opositor.
Los retos de la oposición
En todos los escenarios la oposición enfrenta retos marcados por la fragmentación, las restricciones al espacio cívico y “obstáculos” para el ejercicio de derechos políticos, sobre lo que se han pronunciado instancias internacionales.
De celebrarse la primaria, la principal “lucha” de la oposición será lograr que el ganador del proceso logre inscribirse para convertirse en candidato presidencial, estima Luis Peche, consultor político de la Universidad Camilo José Cela e internacionalista de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Ya han comenzado a registrarse alianzas entre partidos políticos con el objetivo de asegurar votos, demostrando confluencia entre visiones similares. También se mantienen las discrepancias entre luchar para imponer al candidato que resulte ganador en la primaria, la opción de implementar un orden de sucesión o un consenso.
Pero, la posibilidad de que no se concrete la primaria es real y en días recientes ha surgido avalanchas de cuestionamientos hacia la gestión de la Comisión Nacional de Primaria (CNdP), ente rector del proceso, que podrían estar enmarcadas en los intentos por frenarla.
El hecho de que sea utilizada la data del Registro Electoral del CNE para celebrar la consulta es uno de los puntos controversiales que pudieran buscar argumentar. Sin embargo, se trata de un registro público al que tienen acceso las organizaciones políticas y ha sido utilizado en procesos electorales anteriores.
María Carolina Uzcátegui, quien semanas atrás renunció a su cargo como vicepresidenta de la CNdP, sugirió el jueves postergar la primaria y solicitar apoyo del CNE, una alternativa a la que han apostado algunos sectores opositores, pero que otros han cuestionado.
Sin precisar razones y a pesar de que su período vencía en cinco años, los integrantes del Poder Electoral cercanos al gobierno renunciaron a sus cargos en junio, lo que forzó la renuncia de los dos rectores afines a la oposición y llevó al Parlamento a iniciar el proceso de designación de la nueva directiva.
Todo ocurrió en momentos en los que una comisión técnica de la CNdP, mantenía conversaciones para definir si, de confirmarse ciertas especificaciones, se solicitaba asistencia técnica del CNE, considerado el “más plural” en años.
Uzcátegui también afirmó que la primaria se ha convertido en una puja entre “intereses particulares”.“El país no tiene claro si se va a escoger un candidato con posibilidad de llegar a Miraflores o el nuevo jefe de la oposición para desviarnos de la ruta democrática”, alertó.
Además, en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) avanza un recurso judicial que busca suspender la primaria y en la Asamblea Nacional de mayoría oficialista arrancó una investigación para conocer el origen de los fondos. Cabello ha sugerido que parte de ellos supuestamente podrían provenir de USAID.
¿Qué pasa si no hay primaria?
En el escenario de que el proceso no se lleve a cabo, Peche considera que la oposición pasaría a tener como “centro de su política” conseguir el mecanismo idóneo para lograr un candidato unitario, una tarea que, afirma, no es sencilla, debido a las distintas estrategias que convergen en la oposición.
“Están opciones bastante moderadas como Capriles o Prosperi, partidarios de estrategias de acumulación de fuerzas, negociación. Se enfrentan a posiciones más frontales, por decirlo de alguna forma, como la de Machado, que aboga por el quiebre en torno a la coalición dominante. Es difícil conseguir un punto de encuentro y el gran reto en ese escenario es ver cómo lograr algún punto medio”, afirma consultado por VOA.
Video VOA
Oswaldo Ramírez, director de la firma ORC, sostiene que, si se dinamita la primaria, el país entrará en un proceso “bastante complejo”.
“Hay una paradoja, a pesar de que la gente está apostando al camino electoral, en una reciente encuesta hemos encontrado que sólo un 45% de la gente tiene una alta disposición a participar en la elección presidencial. Pudiéramos estar en la presencia de un fenómeno de despolitización”, dice a VOA.
Ramírez agrega que, si la oposición elige al candidato por consenso para la elección presidencial, de acuerdo a las mediciones de opinión, “no necesariamente va a estar obteniendo el triunfo”.
“El elector también está castigando al liderazgo de oposición y no está dispuesto, por ahora, a darle su voto a cualquiera que le levanten la mano”, explica.
¿Qué conviene al oficialismo?
El gobierno se ha limitado a “desacreditar” la primaria, pero está midiendo políticamente qué opción le es más conveniente, considera Peche, también gerente general de la consultora Sala 58. Piensa que el proceso no sería conveniente actualmente para el gobierno, que había mantenido un “estado de comodidad a nivel político”.
“En el último año y medio, dos años, Maduro ha corrido prácticamente solo y ha aprovechado para reacomodar su juego interno. Nuevamente va a tener un rival que lo va a presionar, pero desde el 22 de octubre el liderazgo estará ratificado por la voz popular”, precisa.
“Si en el transcurso del próximo mes, el chavismo mide que las primarias van a ser una opción de movilización real de la oposición, de reconexión ciudadana y ve un escenario en el cual de verdad vayan millones de personas a votar, pudiesen optar por matar el proceso para abogar por el colapso interno de la oposición”, opina Peche al reiterar que ambas opciones presentan contras para el gobierno.
En el panorama también hay figuras que han marcado distancia de la oposición tradicional como el comediante y ex candidato presidencial, Benjamin Rausseo y el abogado, Antonio Ecarri, quienes descartaron participar en la primaria y aspiran enfrentarse al candidato de gobierno en los próximos comicios presidenciales
Aunque de momento puede llegar a ser prematuro evaluar el impacto que podrían tener en una presidencial, Peche no descarta que Rausseo pudiera llegar a ubicarse como amenaza para fraccionar los votos de quien resulte abanderado de la Plataforma Unitaria de la oposición en una presidencial.
El más reciente estudio de ORC revela que el 78% de la población considera que el país necesita un cambio político y económico. También expone que un 25,07% seria “votante potencial” en la primaria, mientras que un 22,63% “absolutamente” no participaría en la consulta.
El panorama político se desarrolla en un contexto de crisis generalizada, con una inflación anualizada de 422 %, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF); bajos salarios, denuncias de organizaciones de DDHH sobre el incremento de una política de represión contra la disidencia, así como la reanudación de una investigación por presuntos crímenes de lesa humanidad por parte de la Corte Penal Internacional (CPI).