La historia se viralizó en las últimas semanas, pero el origen tiene más de 10 años. Precisamente en 2005 un granjero sudafricano “adoptó” a un hipopótamo, al que no dudó en describirlo como su “hijo”.
Por: Clarín
Marius Els vivía en una estancia espaciosa de más de 160 hectáreas y, con la ayuda de los vecinos, le armó al animal una especie de lago artificial para que se pudiera sumergir y así vivir tranquilo.
En ese lugar, noroeste de Sudáfrica, ya habitaban otras 20 especies animales, entre estas, algunas jirafas. No obstante, la afición hacia su nuevo amigo era distinta a la del resto de integrantes de este zoológico privado.
La cría de hipopótamo fue bautizada como Humphrey y recibió un trato especial, al punto de tener su propio lago artificial. Els quería hacerlo sentir como en casa. Sin embargo, no lo estaba y sería cuestión de tiempo para que quedara en evidencia.
Marius Els, de entonces 35 años, no era capaz de analizar el desequilibrio natural que tenían sus actos, o su relación con los del reino animal. El joven hombre que adoptó un hipopótamo, se sinceró tiempo después al respecto.
“Piensan que solo se puede tener una relación con perros, gatos y animales domésticos, pero tengo una relación con el animal más peligroso de África”, en relación a su nuevo amigo que crecía, a pasos agigantados, con el correr de los meses.
Puedes leer la nota completa en Clarín