La administración Biden parece estar más enfocada en entablar relaciones con Irán para lograr un canje de prisioneros y con Venezuela para negociar sanciones, que en reforzar su seguridad energética. Con las reservas estratégicas de petróleo a niveles preocupantemente bajos, no ha logrado darle confianza a su propia industria de los hidrocarburos para aumentar sus inversiones. Mientras, en Venezuela el suministro de gasolina al mercado nacional continúa crítico, con fuerte racionamiento.
Por Juan Szabo y Luis A. Pacheco en La Gran Aldea
El mercado petrolero tuvo una semana de subidas y bajadas que por un momento amenazaron con cambiar la tendencia positiva que venía desarrollándose en las últimas semanas. Los precios de los crudos marcadores Brent y WTI alcanzaron sus máximos de 10 meses, para luego disminuir a raíz de anuncios vacilantes de algunos bancos centrales: Estados Unidos y Reino Unido pausaron en sus aumentos de tasas de interés, mientras otros, como China, las bajaron. Estos anuncios, sumados a noticias económicas provenientes de diferentes países, indican al mercado que la inflación sigue siendo una preocupación que pudiera afectar la demanda.
La semana se inició con la ya conocida preocupación por la brecha entre demanda y suministro, impulsando los precios. A mitad de semana, los precios cayeron en respuesta a la narrativa de la Reserva Federal de los EE.UU. (FED) sobre las tasas de interés, y estaban en camino a registrar una pérdida en la semana de casi 3$/BBL.
El anuncio de la decisión de Rusia de prohibir las exportaciones de combustible por un período indeterminado impulsó al alza los precios de los productos, y por encadenamiento, al precio del crudo, contrarrestando las preocupaciones económicas de principios de semana.
El gobierno ruso anunció que está restringiendo temporalmente sus exportaciones de gasolina y diésel, buscando estabilizar los precios del combustible en su mercado doméstico. Esto puso fin a semanas de especulaciones sobre si las autoridades rusas limitarían las exportaciones ante el aumento de los precios, la escasez en su mercado interno, y la debilidad del rublo. Bielorrusia, uno de los pocos países aliados de Vladímir Putin, ha estado supliendo volúmenes incrementales de gasolina y diésel para ayudar a Rusia con su problema de mercado interno. Un menor suministro de diésel desde Rusia no solo reduciría los ingresos de Putin, sino que también restringirá el mercado mundial de diésel, que ya daba señales de estar sub-suplido antes del cambio en política de Rusia.
Con respecto a las noticias económicas, debemos mencionar que a pesar de que la FED hizo una pausa en los aumentos de tasas de interés, reiteró que ellas se mantendrán altas por más tiempo. En Europa, el BCE debe estar analizando su política de cara a la casi segura contracción que se avecina en Europa para el resto del año.
El escenario económico postulado por el presidente de la FED, Jerome Powell, podría, sin embargo, terminar siendo muy optimista. La llamada a huelga del sindicato “United Auto Workers”, en las plantas de GM, Ford y Stellantis, en busca de aumentos estructurales de salarios y beneficios, es un nubarrón en el horizonte. Por otro lado, el posible cierre del gobierno federal, impulsado por algunos congresistas republicanos, que podría comenzar tan pronto como el 1 de octubre, es una amenaza significativa a la economía.
Mientras tanto, la administración Biden parece estar más enfocada en entablar relaciones con Irán para lograr un canje de prisioneros y con Venezuela para negociar sanciones, que en reforzar su seguridad energética. Con las reservas estratégicas de petróleo a niveles preocupantemente bajos, no ha logrado darle confianza a su propia industria de los hidrocarburos para aumentar sus inversiones. En efecto, lo que la semana pasada interpretamos como la reacción lógica de la industria a los precios crecientes del crudo, al incorporar nueve taladros adicionales, no sostuvo el impulso esta semana; Baker Hughes reportó una reducción de 11 taladros en las cuencas más prolíficas. Durante lo que va de este año, las compañías que operan en los EE.UU.se han mostrado renuentes a aprovechar los altos precios, o pudieran estar jugando a ser un “free rider”; no es difícil extrapolar que esa estrategia continúe en los meses por venir.
Particular análisis merece lo que podemos denominar el “submundo petrolero del lejano oriente”. A raíz de la invasión rusa a Ucrania, y la resultante división mundial entre alianzas occidentales y orientales, según su posición ante el conflicto originado por Rusia, no es coincidencia que dos de los más grandes consumidores de petróleo estén liderando la alianza afín a la causa rusa. China e India, en su carácter de consumidores importantes de petróleo y de sus posiciones políticas frente al conflicto, han tendido la mano para a su vez recibir grandes cantidades de crudo ruso que ha sido desplazado de sus mercados tradicionales, principalmente Europa. Ya China tiene experiencia en el comercio de crudos sancionados, a través de su relación con Irán y Venezuela.
Por supuesto, la ayuda brindada no es un acto de caridad, violar las sanciones occidentales tiene su precio. Rusia ha tenido que vender su crudo a precios fuertemente descontados con respecto a las cotizaciones de crudos de calidad comparable. De esta manera, China, principalmente, y también India, están adquiriendo crudo a menores precios que los consumidores occidentales. En consecuencia, estos países refinan productos para su mercado interno a precios menores que en otros mercados, sin tener que hacer uso de costosos subsidios, mientras que pueden generar mayores ingresos que sus competidores a través de las exportaciones. Paradójicamente, este comercio de crudos sancionados está teniendo un efecto colateral, que consiste en un mayor crecimiento económico de los países involucrados, lo cual se traduce en incremento de la demanda de petróleo y le transfiere beneficios al mercado global.
De manera que la dinámica de este “submundo petrolero del lejano oriente”, ayuda a China a sortear parte de las vicisitudes económicas que está confrontando, y aunque parezca contraintuitivo, podríamos sostener que las sanciones, en forma indirecta, han impulsado la demanda petrolera. También, las sanciones han limitado el suministro, al menos en términos de dificultar la compensación de la declinación de la producción en Rusia.
Así las cosas, y a pesar de la volatilidad en los precios del petróleo, la tendencia se mantiene alcista, y solo la OPEP+, o cambios relevantes en la situación de Ucrania, pueden afectar materialmente los fundamentos del mercado petrolero. Los crudos marcadores Brent y WTI, al cierre del mercado el viernes 22 de septiembre, se cotizaban a 93,83 y 90,33 $/BBL, ligeramente por debajo del cierre de la semana pasada.
Otras noticias relacionadas con el mercado petrolero son:
– El primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció el miércoles cambios en los planes de Gran Bretaña para abordar el cambio climático, argumentando que dichos cambios buscan proteger al ciudadano mientras se mantienen los objetivos de largo plazo. En una decisión que tiene obvios ribetes electorales, Sunak, entre otras cosas, anunció el retraso hasta 2035 de la prohibición de ventas de automóviles nuevos de gasolina y diésel, y dijo que relajaría la obligación de transición de las calderas de gas a las bombas de calor en los hogares. Como era de esperarse, la mayoría de las reacciones a los anuncios de Sunak fueron adversas.
– El consorcio BP y Shell llegó a un acuerdo con Trinidad y Tobago para explorar tres bloques en aguas profundas, 25a, 25b y 27, anunció el ministro de Energía, Stuart Young. Por la localización de los Bloques, podría estar buscando explorar el talud continental, similar a los descubrimientos en Guyana.
Transición Energética, la ruidosa Agencia
La Agencia Internacional de Energía (AIE) fue fundada en 1974 como una organización intergubernamental autónoma, tras la crisis mundial del petróleo de 1973. La crisis, originada por el embargo petrolero de Arabia Saudita a los países occidentales que apoyaban a Israel en la Guerra de Yom Kippur, causó una perturbación económica masiva y subrayó la dependencia del mundo de los productores de petróleo de Oriente Medio. En respuesta, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupaba las mayores economías del mundo, creó la AIE para ayudar a los países a coordinar una respuesta colectiva a importantes perturbaciones en el suministro de petróleo.
La AIE comenzó con 26 miembros fundadores, formados por economías avanzadas de América del Norte, Europa y Asia Pacífico, que eran miembros de la OCDE e importantes importadores netos de petróleo. Esto permitió la coordinación en materia de seguridad energética entre los principales países consumidores de petróleo. Con el tiempo, la AIE amplió su membresía a 30 países para abarcar nuevas economías miembros como Corea, México y Polonia.
El papel original de la AIE se centraba en la seguridad petrolera. Su primera prioridad era un sistema de emergencia para asignar suministros de petróleo entre sus miembros en caso de perturbación. Los países miembros se comprometieron a mantener reservas de petróleo de emergencia equivalentes a 90 días de importaciones netas de petróleo. Esta obligación de mantener existencias se redujo a 60 días en 2015. Más allá de las existencias físicas, los miembros acordaron participar en la asignación de suministros de petróleo y el rápido intercambio de información sobre el mercado petrolero en una respuesta coordinada.
Si bien la seguridad petrolera sigue siendo una misión central, el mandato de la AIE se ha ampliado significativamente en las últimas cinco décadas. Se ha convertido en líder en el seguimiento de las transiciones energéticas, proporcionando análisis y datos de mercado, promoviendo la eficiencia energética y apoyando la colaboración tecnológica. La AIE lleva a cabo investigaciones en profundidad y produce publicaciones emblemáticas que proporcionan datos y recomendaciones. Sirve como asesor de los gobiernos de los países miembros para alcanzar los objetivos de política energética.
En 2021, la Agencia Internacional de Energía publicó un informe que describe cómo el sector energético mundial puede alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Este escenario altamente ambicioso, titulado Net Zero para 2050, describe más de 400 hitos en todas las partes del sistema energético que deben aplicarse en las próximas tres décadas para lograr la neutralidad de carbono. La ruta delineada en el informe exige una transformación sin precedentes de la forma en que el mundo produce y consume energía. Las fuentes renovables como la solar y la eólica se expandirían enormemente hasta representar el 70% de la generación de electricidad para 2050, desplazando a los combustibles fósiles. No se aprobarían nuevos campos de petróleo y gas más allá de los ya comprometidos en 2021. El carbón caería de casi el 40% de la energía actual a poco más del 1% a mediados de siglo.
Antes de publicar el informe “Net Zero by 2050”, la AIE históricamente mantuvo una visión más incremental con respecto a la transición global lejos de los combustibles fósiles. La AIE preveía que el petróleo, el gas y el carbón seguirían satisfaciendo una parte importante de las necesidades energéticas del mundo en las próximas décadas. Su pronóstico de 2018 no preveía un pico de demanda de petróleo hasta después de 2040. También se esperaba que el consumo de gas natural y carbón siguiera aumentando en horizontes temporales prolongados. La AIE destacaba la necesidad de seguir invirtiendo en combustibles fósiles para garantizar un suministro adecuado y asequible, en lugar de anticipar su rápido desplazamiento.
Durante años, los defensores del medio ambiente habían criticado los pronósticos de la AIE por ser demasiado conservadores con respecto al potencial de crecimiento de las energías renovables y demasiado evasivos para frenar la inversión en la producción de petróleo, gas y carbón. Pero para 2021, los informes del IPCC sobre el calentamiento global, los acuerdos en las COP, la caída de los costos de la energía eólica y solar y los cambios de políticas en los principales países miembros, hicieron ineludible para la agencia una ruptura política con la era de los combustibles fósiles. Este cambio de postura en la AIE, que tuvo su primera prueba durante la crisis energética europea a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, tiene tantos críticos como seguidores, pero es imposible de ignorar dado los intereses que se ven representados por la agencia.
En resumen, la AIE ha evolucionado desde sus orígenes en la década de 1970, centrándose únicamente en las interrupciones del suministro de petróleo. Si bien la seguridad energética sigue siendo vital, la AIE ahora desempeña un papel más amplio en el seguimiento de todas las transiciones energéticas, promoviendo sistemas energéticos eficientes y sostenibles, proporcionando datos y análisis vitales a los gobiernos de todo el mundo y apoyando la innovación tecnológica en todas las fuentes de energía, tanto combustibles fósiles como renovables. Sigue siendo la principal organización energética internacional que involucra tanto a los países de la OCDE como a las economías emergentes como China e India, para permitir una acción política coordinada sobre objetivos energéticos compartidos.
La Agencia Internacional de Energía y la OPEP/OPEP+ ocupan roles distintos pero complementarios dentro del mercado petrolero mundial.A pesar de no tener una relación formal, ocasionalmente se produce un diálogo de alto nivel entre los ministros de la AIE y la OPEP sobre intereses compartidos en seguridad energética y estabilidad del mercado. Sin embargo, las dos organizaciones representan la mayoría de las veces intereses y versiones contrapuestas. Por su origen histórico de consumidores versus productores, los precios del barril eran y siguen siendo la manzana de la discordia entre las dos organizaciones. Hoy día, en el contexto de la transición energética, la discusión se ha ampliado, y se ha vuelto existencial, ya no hacia el precio de la energía, sino hacia la sustentabilidad del sistema energético.
La AIE es un organismo técnico, pero, así como la OPEP+, también representa intereses políticos y geopolíticos. Sus agendas políticas colorean, si no sus datos y sus análisis, sí las proyecciones y recomendaciones. Como apunta el analista Javier Blas en un artículo reciente: “Esto puede parecer paradójico, pero la Agencia Internacional de Energía es a la vez el estándar de oro en las estadísticas globales de oferta y demanda de energía y un mal pronosticador de los mismos datos. La suma de todo lo bueno y lo malo es su emblemático informe anual, el World Energy Outlook; por lo tanto, tómelo en serio y con escepticismo.
Venezuela
Eventos políticos:Un evento de relativa importancia, como lo fue el anuncio del Gobierno de Guyana de que había recibido 8 ofertas por los 14 bloques costa afuera licitados, generó un fuerte rechazo del régimen venezolano, que tildó al proceso de ilegal, y mediante un comunicado denunció que dicha ronda pretende disponer de áreas marítimas pendientes de delimitación entre ambos países. Guyana no tardó en contestar. En medio de una creciente tensión territorial, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro representa una amenaza para la paz y seguridad tanto regional como internacional. “Guyana no va a escatimar esfuerzo alguno a la hora de defender su integridad y territorialidad”, expresó. Este toma y dame diplomático generó opiniones a favor de Guyana de parte de la OEA, del CARICOM y hasta de Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio de EE.UU.
La intervención de Nichols le dio al régimen venezolano la excusa perfecta para izar una bandera nacionalista con la que podía unificar todas las opiniones del país, ya que la oposición ya había indicado su crítica a la licitación petrolera de Guyana. La Asamblea Nacional aprobó, mediante una moción de urgencia, un referéndum consultivo para que el pueblo refuerce la defensa de la Guayana Esequiba y los inalienables derechos de Venezuela sobre ese territorio.
En una jugada diseñada para entorpecer el proceso de elecciones primarias de la oposición, el recién nombrado Consejo Nacional Electoral (CNE) ofreció a los organizadores de las primarias apoyo técnico y logístico, introduciendo más entropía a lo que ya es un proceso tortuoso. La oposición respondió diciendo que llevaría a cabo consultas internas para considerar si aceptar la oferta.
Otro asunto que no pasó por debajo de la mesa para el régimen venezolano fue la negociación entre Irán y EE.UU., que dio como resultado la liberación por parte de Irán de 5 prisioneros norteamericanos, atada a la descongelación de 6.000 MM$ de fondos iraníes en bancos norteamericanos; tanto el intercambio de prisioneros como la liberación del dinero se realizaron utilizando como mediador a Catar.
El régimen está trazando paralelismos locales con la negociación EE.UU./Irán, buscando liberar fondos congelados de Venezuela y estructurar un intercambio de presos en la cual esté incluido Alex Saab.
En resumen, la escasez de ingresos, las elecciones primarias y el conflicto renovado con Guyana acaparan la atención del país.
Sector Hidrocarburos
Faltando apenas seis días del mes de septiembre, no ha habido eventos operacionales a resaltar y la producción no ha recuperado el nivel alcanzado en agosto.
Producción: el promedio de producción de la semana fue de 725 Mbpd, distribuidos geográficamente como se muestra a continuación:
Refinación: Se refinaron 306 Mbpd de crudo y productos intermedios, con rendimientos que cambiaron poco con respecto a la semana pasada, solamente un aumento de 20 Mbpd en la cantidad de diésel producido. El suministro de gasolina al mercado nacional continúa crítico, con fuerte racionamiento.
Exportaciones: A medida que avanza el mes, las exportaciones muestran un comportamiento similar al mes de agosto. Nuestro estimado, basado en la programación de tanqueros para el resto del mes, indica un promedio de 486 Mbpd de crudo y 57 Mbpd de combustible residual exportados.
De ellos, 135 Mbpd promedio del mes llegarán a EE.UU. colocados por Chevron; 280 Mbpd se enviarán al lejano oriente con destino final China; 52 Mbpd a Europa como parte del trueque, y 19 Mbpd a Cuba.
La participación de Chevron en el mercado cambiario se estima en 150 MM$, y su deuda se reducirá en alrededor de 87 MM$.
En otras noticias, se conoció que Venezuela y Trinidad y Tobago llegaron a un acuerdo para desarrollar el Campo Dragón, al norte de Paria y cerca de la frontera entre los dos países. El Campo Dragón contiene unos 4,0 TCF de gas recuperable, en aguas de alrededor de 180 metros de profundidad. El acuerdo, que cuenta con una Licencia emitida por la OFAC, permitirá que en el campo de gas venezolano se produzca y luego se transporte a través de infraestructura en Trinidad y Tobago, para llegar a la planta de licuefacción Atlantic LNG, al sur de Trinidad en Point Fortín.