Este 2 de octubre alrededor de 700.000 alumnos debían asistir a clases en la región, pero el panorama fue otro: la acentuada crisis eléctrica y económica más la decadencia de la infraestructura educativa empuja el ausentismo escolar.
Por Corresponsalía lapatilla.com
El Sindicato Unitario de Magisterio Zuliano (Suma) informó que los maestros se incorporaron a sus labores en un 90 %, pese a la negativa del régimen de aumentar el salario y las deprimentes condiciones de las escuelas en la región.
Gualberto Más y Rubí, presiente del sindicato, dijo a la patilla.com que el ausentismo de los estudiantes en este inicio de año escolar 2023- 2024 se ubicó en 70 %. Vaticinó que este período será complicado y complejo.
Más y Rubí dijo que existe una realidad innegable, y es que muchos padres no tienen aún para comprar la listas y los uniformes escolares. Lo más costosos es el calzado. Un par de zapatos puede costar mínimo 20 dólares.
A juicio del líder sindical, los padres de familia se debaten entre la necesidad y la razón. Les duele no tener para comprar los mínimos requerimientos escolares, pero prefieren garantizar su alimentación.
Otro aspecto negativo con el que lidian alumnos y maestros es la ausencia de los servicios básicos. No cuentan con agua potable para beber ni para el aseo de las instalaciones. En muchas escuelas no hay pupitres ni pizarrones.
“Es deprimente para un alumno asistir a clases y no tener dónde sentarse. Los profesores deben correr con el gasto de la tiza o marcador, en muchas aulas ni pizarrones existen. No vamos a cesar en la lucha por dignificar la calidad de la educación y el pago se los docentes”, afirmó.
El profesor detalló que hay casos muy graves, como lo es la Escuela Doctor Leonardo Ruiz Pineda, donde los alumnos deben recibir clases en el piso.
“No podemos permitir que esto siga. La calidad educativa de nuestro país está en el piso. No hay motivación en el pago de nuestros maestros y los cuidados de las escuelas no existe”, reclamó.
Alba Díaz es cabeza de familia y tiene dos niños: uno debe iniciar primer nivel y otro primer año de bachillerato. Dijo que vivió una disyuntiva, debido a que sus ingresos no le permiten que ambos inicien clases.
Decidió que por este año seguirá estudiando su hijo mayor, mientras el menor será capacitado por ella.
“Lloré y pataleé, trabajo y no puede inscribirlos a los dos, menos comprar las cosas para que los dos niños estudien. El mejor tiene cinco años. Yo lo voy a enseñar en la casa, las vocales y colores. Con pena digo que no tuve para inscribirlo”, reseñó.
La posición de los maestros en la región es firme: iniciar el año escolar, pero no abandonarán la lucha por mejoras salariales.