Todo lo anterior significa que día a día, o quizá de una hora a otra, los precandidatos presidenciales y sus partidos deben tomar decisiones frente al régimen y de cara a los demás candidatos y partidos, sin mencionar los ciudadanos y otros entes. Pero causa desconcierto en los ámbitos regionales y municipales del país el retraso o la inexistencia de información desde Caracas, ya que son más las veces que la dirigencia del interior se entera de las noticias por las redes sociales y no por una línea de estrategia política. Hay piezas de información delicadas que cambian de un momento a otro, y no es fácil transmitirlas de arriba hacia abajo en un tiempo razonable. Líneas políticas, actividades que deben realizarse, contribuciones económicas que esperan, por ejemplo. Compartimos la idea de un mínimo de confianza hacia los candidatos y sus cuadros más estelares de conducción.
Sería absurdo que un general llame e informe a la oficialidad subalterna de la estrategia que, en definitiva, está implementando; o que un oficial subalterno llame a un general para darle cuenta de una particular táctica empleada en un apartado rincón del país. Esto vale igual para la Conferencia Episcopal, los obispos y párrocos, o el presidente de una firma mercantil que informe o sea, constantemente, informado por el jefe de un departamento de una lejana sucursal. Pero un buen gerente sabe que se requiere de un mínimo de información, para paliar la ansiedad natural y, de manera, crear confianza esperando que las líneas de información lleguen a otros niveles.
Sabemos que toda estrategia está basada en una planificación, que implica en parte un conjunto de lineamientos pensados en las posibles actuaciones que se conciban a partir del comportamiento del adversario, generando posteriormente una acción. La tarea de planificar se concreta en un contexto de complejidad cambiante, donde las decisiones no siguen un orden secuencial o lineal, ya que la realidad social tiene otra lógica de conformación, y en el estudio, análisis y comprensión del régimen, que está acostumbrado a un juego macabro con varias posibilidades en paralelo.
Hemos insistido, resistido y persistido durante más de 20 años de lucha contra este régimen por retomar el camino democrático. No podemos seguir esperando por un partido político específico que logre el trabajo de informar con prontitud. Es esencial seguir organizándonos para lograr que la información llegue al momento que debe llegar. Por ello, conocer con más exactitud a nuestro contrincante, analizar cómo ha sido su actuación y cómo deberíamos estar claros de su accionar, que en muchas oportunidades ha sido cíclico. Siempre han tenido su objetivo claro: mantenerse en el poder a través de la división de sus oponentes y apostar a que la oposición no pueda determinar líneas claras de acción que generen una estrategia conjunta que lleve al país a un mejor término, es decir, lograr un cambio de gobierno de forma democrática.
@freddyamarcano