Los organizadores de los viajes clandestinos cobran hasta 600 dólares por pasajero. “En el pueblo no hay ni agua, estamos hasta 20 horas sin luz, por más que uno lo intenta no sale adelante”, dice un joven que espera abordar una lancha en los próximos días.
La migración forzada no se detiene para los venezolanos. Una muestra de ello son las 66 personas que están detenidas en la isla de Aruba en espera de ser deportados. Todos pagaron dos viajes clandestinos que salieron desde la Península de Paraguaná, en el estado Falcón, con el objetivo de ingresar de forma ilegal en la isla del Caribe Neerlandés.
La desesperación de los falconianos, que sufren los embates de la emergenia humanitaria compleja, lleva a jóvenes y padres de familia a buscar alternativas para mejorar su economía. La mayoría son nativos del estado Falcón, unos aspiran a la reunificación familiar y otros persiguen una oportunidad de trabajo para mejorar las condiciones de sus parientes en Venezuela.
Dos embarcaciones sin nombre ni matrícula, han sido interceptadas por la Guardia Costera del Caribe poco antes de llegar a tierra. La primera fue el 27 de septiembre y en ella se trasladaban 28 hombres. La segunda fue detenida la noche del 2 de octubre con 38 personas, informaron las autoridades de Aruba.
Debe recordarse que la Guardia Costera del Caribe Neerlandés anunció el miércoles 20 de septiembre que interceptó otra embarcación que se dirigía a Curazao y llevaba a bordo a 19 personas: siete mujeres, siete hombres y cinco niños.
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