Como parte de la celebración de los 101 años de la Diócesis de San Cristóbal, este 12 de octubre se llevó a cabo la Misa Pontifical en la Basílica Nuestra Señora la Consolación de Táriba, presidida por monseñor Mario Moronta, en la que colocó en los pies de la imagen de la Virgen un solideo (gorrito blanco) enviado por el papa Francisco y una fotografía que retrata el momento en que el Papa se lo entregó.
Por Luz Dary Depablos / Corresponsalía lapatilla
Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, recordó que el papa Juan Pablo II como un gesto espontáneo se quitó su solideo y se lo puso en los pies de la Virgen de La Chiquinquirá en la visita que realizó a Maracaibo en 1985.
Igualmente, en 1996 el Papa colocó en las manos de La Virgen de Coromoto un rosario que todavía permanece en esa imagen, por lo que en la reciente visita de Mario Moronta al Vaticano (septiembre de 2023), también se lo pidió al Papa Francisco como regalo para la celebración del centenario de la Diócesis, con el fin de ofrecérselo a la virgen de Táriba.
“Le llevamos un solideo, es el gorrito blanco que usamos nosotros. Él lo usa blanco, se lo colocó y luego lo bendijo”. El Papa se quedó con el que le llevó el obispo Moronta e intercambió entregándole el que él usaba.
Mario Moronta pidió en la Eucaristía a los encargados de la imagen de Nuestra Señora de Táriba, que el solideo permanezca de manera permanente a los pies de la Virgen.
Misa pontifical de los 101 años
A la celebración Eucarística de los 101 años de la Diócesis de San Cristóbal, asistieron como invitados especiales monseñor Ramiro Díaz, obispo Emérito de Machiques y monseñor Luis Márquez, obispo Emérito de Mérida, así como más de 70 sacerdotes de diferentes parroquias del estado.
En la homilía, monseñor Moronta citó un poema de Mario Benedetti, “Te quiero” en referencia al amor a la iglesia. “Amamos a nuestra Iglesia que nos enseña a mirar y sembrar futuro. Prueba de ello, en nuestra región, son los tres Sínodos Diocesanos, el Seminario, el Diario Católico, la Universidad Católica, el Plan Diocesano de Pastoral…”
“¡TE QUIERO EN MI PARAÍSO; ES DECIR QUE EN MI PAÍS LA GENTE VIVE FELIZ, AUNQUE NO TENGA PERMISO! Lamentablemente, hay mucha gente que parece no tener permiso para ser feliz. Por eso, son numerosos los que emigran a otros sitios buscando un bienestar, a veces efímero. Otros sufren a causa del menosprecio o de los embates de las mafias que trafican con personas y venden órganos o se dedican al narcotráfico y pretenden esclavizar a numerosos hermanos nuestros. Pero, aun así, no predicamos ni la resignación ni el conformismo, sino más bien la justicia y el compromiso por hacer de nuestro entorno lo más adecuadamente vivible”, enfatizó el obispo, Mario Moronta.