Jackie Kunzelman sabía que estaba a punto de dejar su sesión de fotos de maternidad hasta las últimas semanas de su embarazo. Pero tenía problemas para programarlo debido a su apretada agenda como estudiante de medicina.
Por Insider
Traducción libre de La Patilla
También hubo un retraso inesperado en la entrega del extravagante vestido premamá que había pedido a Etsy para la ocasión.
“Se estaba retrasando”, dijo Kunzelman. “Lo estaba siguiendo todos los días, pero pensé que tenía un par de semanas más”.
La idea original, dijo, era hacer una sesión fotográfica de maternidad atmosférica en el desierto cerca de su casa en Arizona. Su madre, Lori, y su hermana, Lexi Pratt , ambas fotógrafas profesionales, estuvieron a cargo de las fotografías.
Pero el cuerpo de Kunzelman tenía otros planes. Notó que sus manos y pies se hincharon durante la semana 36 de embarazo. Su obstetra le aconsejó que fuera al hospital.
Kunzelman dijo que su obstetra quería posponer el parto.
Las pruebas mostraron que tenía preeclampsia , una complicación del embarazo potencialmente peligrosa caracterizada por presión arterial alta.
“Mi obstetra quería inducirme porque el tratamiento para la preeclampsia es el parto”, dijo Kunzelman. Sin embargo, dijo, su médico esperaba retrasar el nacimiento hasta la semana 37. “Quería que el bebé fuera considerado a término”, dijo Kunzelman, y agregó que le administraron inyecciones de esteroides para ayudar al desarrollo de los pulmones de su hijo.
La futura mamá fue monitoreada de cerca durante unos días para ver cuánto tiempo podía “aguantar” el bebé. Al final, su obstetra decidió inducir el parto a la medianoche del 11 de octubre.
Dijo que se sintió “abrumada y asustada” el día anterior cuando comenzó la cuenta regresiva.
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