Rusia y Siria se están preparando para sumarse a la guerra contra Israel y lo hará con una particular estrategia que les permitirá a Vladimir Putin y Bashar al-Assad mantenerse enfocado en sus frentes de batalla, pero, a la vez, tender la mano a su aliado, Irán.
Inés Ehulech // INFOBAE
La Inteligencia de Estados Unidos concluyó que, en base a conversaciones interceptadas, con la venia de Moscú, Siria proveerá a los terroristas de Hezbollah, en El Líbano, sistemas de defensa aérea que el grupo paramilitar Wagner tiene en territorio sirio, en el marco de sus operaciones de respaldo al dictador Bashar al-Assad, reportaron CNN y The Wall Street Journal.
Puntualmente, los wagneritas planean enviar SA-22, también conocidos como Pantsir, que desde un vehículo militar, con misiles antiaéreos y fusiles de defensa, permiten interceptar aviones, drones y municiones guiadas de precisión enemigas.
Esta participación de Rusia en el conflicto se da en un momento clave para Israel en el que sus Fuerzas de Defensa lograron adentrarse exitosamente en Gaza y dividir el norte en dos zonas, para facilitar los combates y ataques contra Hamas.
Frente a este fuerte avance de la ofensiva del Ejército, las milicias terroristas de la región -como la Yihad Islámica, los hutíes de Yemen y Hezbollah- han también intensificado sus ataques contra Tel Aviv.
Es por ello que, con la llegada de los SA-22, el grupo armado libanés podría estar lo suficientemente fortalecido como para concretar sus amenazas e ingresar formalmente en el conflicto, abriendo así un segundo frente de combate para Israel.
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