Cabecilla de la secta en Kenia que mató a más de 400 personas irá a prisión por difundir material de odio

Cabecilla de la secta en Kenia que mató a más de 400 personas irá a prisión por difundir material de odio

El pastor autoproclamado Paul Nthenge Mackenzie (C), quien estableció la Iglesia Internacional Good News en 2003 y está acusado de incitar a los seguidores de la secta a morir de hambre “para encontrarse con Jesús”. (Foto de SIMON MAINA / AFP)

 

 

El líder de una secta cristiana del sur de Kenia acusado de persuadir a cerca de 430 personas para ayunar hasta morir con el objetivo de encontrarse con Jesucristo fue hoy declarado culpable en otro caso por distribuir películas no clasificadas y dirigir un estudio de rodaje sin licencia para difundir sus ideas.





“Declaro culpable al acusado (…) por los delitos de estar en posesión y distribuir películas al público que no habían sido examinadas y clasificadas por la Junta de Clasificación de Películas de Kenia (KFCB, en inglés) y por operar un estudio de rodaje y producir películas sin una licencia válida”, dijo la jueza Olga Onalo, de un tribunal de la turística ciudad costera de Malindi.

El pastor Paul Mackenzie, sin embargo, fue absuelto por la magistrada del tercer cargo del que se le acusaba: incitación a la desobediencia de la ley.

El caso se remonta al año 2019, cuando la Fiscalía acusó a Mackenzie de incitar a través de sus películas a los menores a no asistir al colegio, además de difundir ideas contra los hindúes, budistas y musulmanes.

El pastor, que aparecía predicando en muchos de esos filmes, negó esas acusaciones, pero reconoció que publicó las imágenes en su canal de la plataforma Youtube, ligado a iglesia que lideraba, la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).

Ahora, la corte debe decidir cuál será la condena de Mackenzie por estos hechos.

El líder religioso se enfrenta a otro proceso judicial relacionado con la conocida como “masacre de Shakahola”, en referencia al nombre del bosque de más de 320 hectáreas, en el condado costero de Kilifi, donde fueron encontrados en fosas comunes y tumbas la mayoría de los más de 425 cadáveres de sus seguidores, muchos de ellos niños, mientras unos pocos murieron en el hospital tras ser rescatados.

Presuntamente, Mackenzie convenció a los fieles de su iglesia para ayunar hasta morir, bajo la promesa de que así se encontrarían con Jesucristo, si bien las autopsias realizadas posteriormente mostraron que, además de los rastros de inanición en todos los cuerpos, algunos tenían también signos de estrangulación y asfixia.

Así, las investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.

Según informaron las autoridades el pasado mes de agosto, 95 personas fueron rescatadas con vida, mientas 613 fueron reportadas como desaparecidas en la que fue definida por el ministro del Interior keniano, Kithure Kindiki, como “una de las peores tragedias” experimentadas por el país.

Una comisión de investigación lanzada por el Senado keniano concluyó en un informe el pasado mes de octubre que el sistema de justicia penal “no detectó las atroces actividades” en Shakahola de Mackenzie, absuelto en 2017 de cargos de radicalización.

La comisión también destacó fallos cometidos por la Policía, que había recibido “quejas recurrentes” de líderes religiosos y miembros de la comunidad local.

Mientras la investigación continúa, no se han presentado todavía cargos formales contra Mackenzie, que fue detenido el pasado 14 de abril y permanece en prisión junto con otros 29 coacusados, si bien la Fiscalía reveló el pasado mes de mayo su intención de acusarlos de terrorismo.

Extaxista, el pastor ya fue detenido en marzo de este año después de ser acusado de la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza.

EFE