El reloj marcaba las 9:40 am cuando Juan Perdomo llegó a la cola de la estación de servicio El Extintor, ubicada en la carretera vía Perijá en el municipio San Francisco. Le informaron que la gandola con el combustible no había llegado, que estaba cargando en Bajo Grande.
Por Corresponsalía lapatilla.com
A las 12:20 minutos abrieron las puertas de la gasolinera, y los primeros diez vehículos en entrar no estaban en cola. Eran modelos Malibú y Capri, ambos con un tanque de casi cien litros más otro depósito adaptado.
Estos carros son conducidos por miembros de la etnia yukpa. Por lo general, en cada vehículo se observan dos o tres hombres adicionales al conductor. En ocasiones también son acompañados por mujeres con niños en brazos.
Antes de que los automóviles ingresen, llegan dos o tres motos abriendo paso en la carretera, seguidamente abren el portón de la gasolinera. Ellos pasan sin hacer cola, mientras que otros usuarios están dos o tres horas a la espera de que inicie el suministro.
Los bachaqueros (personas que luego revenden el combustible en la vía pública o en la clandestinidad) tienen trato preferencial.
Perdomo, indignado, quería evitar que ellos pasarán antes que los usuarios en cola, pero su acompañante lo llamó a la reflexión.
“Si se les dices algo, empiezan con los insultos, groserías, le caen a golpes al carro y hasta a uno. Entonces quedamos sin gasolina y aporreados. No hace nada la policía, menos uno. Aquí estamos todos alineados. Yo pienso que ellos están apoyados por algún chivo del gobierno nacional”, contó.
Otros usuarios habitantes del municipio San Francisco denuncian el retraso en la distribución. También contaron a lapatilla.com que los bachaqueros y yukpas a la hora que lleguen, pasan enseguida a la bomba.
El municipio cuenta con trece estaciones de servicio, y solo una es integral, mientras el resto trabaja bajo la modalidad dolarizada. A diario reciben combustible 6 o 7 estaciones; las demás no reciben despacho.
Por lo que se observa, el despacho es aleatorio, nadie sabe por qué funciona así la distribución de combustible. Sin embargo, los ciudadanos intuyen que se debe a la baja en la producción del carburante.
La hora de abrir la gasolinera es una lotería: puede ser a las 8:00 de la mañana o a las 12:00 del mediodía.
Una vez más los zulianos desesperados e indignados claman por que la justicia llegue a quienes ingresan a la estación sin hacer cola. Lo califican como un abuso y un irrespeto.
En el municipio San Francisco, el segundo más poblado de Zulia según el último censo poblacional, contaba con 600.000 habitantes. La poca afluencia de ciudadanos en la calle, las casas cerradas o abandonadas indican que la crisis económica obligó a muchos zulianos a emigrar y buscar mejor calidad de vida fuera de Venezuela.
