Antes de que la Tierra tuviera biología, tenía química. Cómo una siguió a la otra, y cómo un grupo de moléculas aburridas se transformaron en esta cosa especial que llamamos vida, es posiblemente la mayor incógnita de la ciencia. También es una de las principales razones por las que la NASA envió una nave espacial robótica, OSIRIS-REx, en un viaje de varios años alrededor del sol para buscar material desmenuzable de un antiguo asteroide llamado Bennu y luego traerlo de regreso a la Tierra.
El lunes, la comunidad científica obtuvo su primera descripción de ese objeto precioso y exótico, revelada por el principal científico de la misión, Dante Lauretta, en la reunión de otoño de la Unión Geofísica Estadounidense en San Francisco.
Lauretta, científico planetario de la Universidad de Arizona, mostró diapositivas con una larga lista de moléculas intrigantes, incluidas sustancias orgánicas basadas en carbono, en los granos y guijarros recuperados de Bennu. Iluminarán los componentes moleculares del sistema solar y “tal vez, en una fase aún temprana, tal vez información sobre el origen de la vida”.
Este análisis apenas ha comenzado. El equipo aún no ha publicado un artículo científico formal. En su conferencia, Lauretta citó una interesante piedra triangular de color claro que, según dijo, contenía algo que nunca había visto antes en un meteorito. “Es un rasguño de cabeza en este momento. ¿Qué es este material?”, dijo.
En una entrevista después de la conferencia, Lauretta dijo que casi el 5 por ciento de la muestra es carbono. “Esa es una muestra muy rica en carbono, la más rica que tenemos en todo nuestro material extraterrestre… Todavía estamos desentrañando la compleja química orgánica, pero parece prometedor entenderlo realmente: ¿estos asteroides ricos en carbono entregaron moléculas fundamentales que pudo haber contribuido al origen de la vida?”
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