Con mucha emoción por lo que sus manos preparan, Gerardo Sánchez, chef de la Posada Doña Juana, ubicada en Sabana Grande, en la población de La Grita del estado Táchira, comienza a enumerar la variedad de platos gourmet y comida mediterránea que ofrece a los pocos comensales que logran llegar al lugar.
Luz Dary Depablos / Correspondalía lapatilla.com
“Caldo cuajado con gallina, pisca andina y arepas de trigo” son algunos de los platos típicos de la zona y parte de la “especialidad de la casa” que se ofrece a los turistas, contó Gerardo Sánchez.
Aunque cuentan con excelentes instalaciones, un clima agradable de montaña, un pequeño aviario con aves exóticas, un hermoso vivero y una vista espectacular de montaña, el mal estado de la vialidad y la escasez de combustible ha ahuyentado a los clientes en esta Navidad.
La Posada Doña Juana tiene capacidad para recibir a más de 80 turistas de manera simultánea todos los días, pero escasamente llegan entre 10 o 15 turistas semanalmente. Sus precios son muy asequibles, pero la gasolina es el mayor costo para quienes los visitan.
Recientemente, el presidente de la Corporación de Turismo del Táchira, José Gregorio Colmenares, promocionó el paquete turístico “La caravana Los Andes”, con camionetas rústicas 4X4, con las cuales no cuenta la mayoría de turistas locales ni nacionales. En todo caso en algo sí está claro el funcionario: son los únicos vehículos aptos para hacer turismo por el estado Táchira, pues las carreteras son un espanto.
Viajar desde San Cristóbal hacia La Grita o a los pueblos de vecinos, es como transitar la luna, tanto para turistas como para los que se encargan de transportar frutas y hortalizas desde los municipios de montaña hacia el centro de Venezuela, donde intentar esquivar los cráteres en la vía impide apreciar los hermosos paisajes de los páramos andinos. A lo que se suma la falta de combustible.
María Colmenares, propietaria de uno de los comercios en el Páramo del Zumbador, asegura que en estos últimos cuatro meses las ventas en su local se han ido al piso. Inicialmente, ella y sus compañeros, propietarios de ventas artesanales, pastelitos y bebidas típicas, pensaron que las bajas ventas se debían a que “los gastos por el inicio del año escolar tenían frenados a los turistas, pero no, la soledad se sigue sintiendo y los pocos que vienen dicen que se les dificulta conseguir gasolina”.
Aunque en el Páramo del Zumbador siempre se mantiene con un clima frío, los comerciantes de esta zona indican que los apagones diarios y prolongados afectan la conservación de los alimentos por la falta de refrigeración.
Gerardo y María coinciden en pedir a las autoridades que se esmeren por reparar la vialidad y ofrecer una solución al suministro del combustible para los turistas, con el fin de garantizar trabajo para todos los prestadores de servicio, y así mostrar las virtudes de los páramos andinos a los turistas, no solo nacionales, sino también de Colombia.