La compleja situación que atraviesan los comerciantes de la ciudad de Mérida como consecuencia de la actual crisis eléctrica implica vivir en medio de la incertidumbre ante la pérdida de mercancía y la caída considerable de las ventas.
Jesús Quintero / Corresponsalía lapatilla.com
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria del estado Mérida, José Miguel Monagas, mostró con preocupación la realidad que hoy afecta a los comerciantes merideños.
“Los cortes del servicio eléctrico en horarios laborales afectan la productividad de las empresas y la actividad comercial se mantiene por el piso, los ingresos producto de las ventas han disminuido considerablemente”, aseveró.
Actualmente en varios municipios de la entidad se aplica un Plan de Administración de Cargas, pero a juicio de los propios comerciantes, esta no es la solución y la medida afecta el desarrollo diario de la actividad comercial.
Asimismo, hizo referencia a lo complejo que se ha vuelto cumplir con el pago de bienes y servicios, así como también el pago de impuestos en línea, debido a las fallas continuas del servicio eléctrico en la ciudad capital y que se extiende a otros municipios de la entidad merideña.
Dijo el dirigente gremial que las fallas continuas de energía eléctrica atentan contra los derechos fundamentales de los ciudadadanos.
“Ocurre un efecto dominó, pues si se aplica racionamiento electrico, progresivamente fallan otros servicios como el agua potable, sobre todo en zonas residenciales donde requieren del funcionamiento de bombas para aumentar la presión del vital líquido hacia pisos superiores. Asimismo, las comunicaciones móviles y sin ser menos importante la conectividad a internet para realizar cualquier trámite privado o administrativo”.
Monagas dijo que “los comerciantes llaman la atención de los gobernantes para que se busquen soluciones definitivas a esta problemática que afecta a todo el sector y que durante los últimos años se ha visto golpeado por la crisis económica, además de la cuarentena por la pandemia, escasez de combustible y deterioro progresivo de los servicios públicos. Todo esto va en detrimento de la calidad de vida y producción de los merideños”.