Según la mitología griega, Zeus castigó a Prometeo por dar el fuego a los humanos.
Por BBC Mundo
Encadenó a Prometeo y puso a un águila a darse un festín con su hígado. Cada noche, el hígado volvía a crecer. Y cada día el águila regresaba para darse un festín.
En realidad, ¿puede volver a crecer un hígado?
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo humano. Es necesario para cientos de procesos corporales, incluida la descomposición de toxinas como el alcohol.
Y como es el primer órgano que entra en contacto con el alcohol que nos bebemos, no es de extrañar que sea el más susceptible a sus efectos.
Sin embargo, no hay que olvidar que otros órganos, como el cerebro y el corazón, también pueden resultar dañados por el consumo excesivo de alcohol a largo plazo.
Como especialista en hígado, trato a diario a personas con enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol.
Se trata de un espectro de enfermedades que va desde la acumulación de grasa en el hígado (hígado graso) hasta la formación de cicatrices (cirrosis) y que no suele causar síntomas hasta bien avanzado el daño.
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