La agenda de Enrique de Inglaterra, de 39 años, ha estado apretada y llena de vuelos esta semana. Primero se enteró de que su padre, el rey Carlos III de Inglaterra, de 75 años, padece cáncer, una noticia que a él se la dio por teléfono y que el Palacio de Buckingham hizo pública el pasado 5 de febrero. Al día siguiente, Enrique, que desde 2020 reside en California con su mujer, Meghan Markle, voló durante unas 10 horas hasta Londres para visitarlo, en lo que finalmente resultó un breve encuentro de una media hora en Clarence House. Fue su primera reunión formal en persona desde el funeral de la reina Isabel II, en septiembre de 2022. Menos de 24 horas después de su encuentro, el duque de Sussex ya estaba de vuelta en Los Ángeles. La noche de este jueves 8 de febrero, tan solo dos días después de ese cara a cara con el monarca, Enrique de Inglaterra ha hecho una aparición sorpresa en Las Vegas en una ceremonia de premios de la NFL (la Liga Nacional de Fútbol Americano). Y no ha dicho nada de los problemas de salud ni de su padre ni de su cuñada, la princesa de Gales.
Por El País
Enrique voló a la conocida como la ciudad del pecado solo 24 horas después de su aterrizaje en Los Ángeles, tras ese viaje de ida y vuelta de casi 9.000 kilómetros para ver a su padre. Pero anoche no se le notó cansado ni triste, sino todo lo contrario. Pronunció un discurso lleno de bromas, que el Daily Mail describe como “ultrabritánico”, en el que comparaba el rugby con el fútbol americano ?“Estados Unidos nos robó el rugby y lo hizo suyo”? y en el que, como era de esperar, no hubo cabida para mencionar al rey. “En lugar de pasarlo hacia atrás, simplemente pásalo hacia adelante. ¿Por qué no usar almohadillas y casco? Por supuesto, tener un ataque y una defensa, eso tiene sentido, y ¿por qué no tener un respiro cada 15 segundos? ¿Y sabes qué? En lugar de una temporada de 10 meses, hagámosla de 18 semanas. Genios”, ironizó Enrique de Inglaterra sobre el escenario. “Bromas aparte, lo que ustedes hacen dentro y fuera del campo es realmente notable. Son modelos a seguir para millones de personas”, continuó. En las fotos de la ceremonia se le ve sonriente y divertido, cómodo delante del micro y junto al resto de asistentes.
No se esperaba que el príncipe volviera a ser visto en un acto público hasta la próxima semana, cuando tiene previsto otro viaje a Canadá, esta vez acompañado de Meghan, para acudir a un evento de los Juegos Invictus que fundó. Así que sorprendió a la audiencia cuando apareció para entregar el premio Walter Payton al Hombre del Año. El propio ganador, el jugador de los Pittsburgh Steelers Cameron Heyward, aseguró, mientras abrazaba al duque, que no se esperaba encontrárselo en la gala: “Príncipe Enrique, estoy conmocionado, este es el príncipe Enrique”, comentó.
Recientemente, el duque de Sussex ha acudido a varios eventos en los que se ha dejado ver y retratar, algo no muy habitual ni en él ni del matrimonio. Una de sus últimas apariciones públicas fue también en unos premios, pero, esta vez, él era el galardonado: el pasado 19 de enero recibió el premio a Leyenda viva de la aviación de manos del actor John Travolta, en una gala que se celebró en el Beverly Hills Hilton de Los Ángeles. Esa misma semana, el 24 de enero, acudió por sorpresa a la premiere de una película de Bob Marley en Jamaica, en esa ocasión acompañado de su mujer, con la que hacía tiempo que no se le veía ante las cámaras.
A diferencia de su hermano pequeño, el príncipe Guillermo, heredero al trono británico, sí que hizo una breve alusión a su padre en su último discurso público. Fue este miércoles 7 de febrero, durante la gala anual de la London Air Ambulance (Ambulancia Aérea de Londres), dedicada a recaudar fondos para esta institución, que contó también con la asistencia del actor Tom Cruise. “Quiero aprovechar esta oportunidad para agradeceros todos los amables mensajes de apoyo tanto para Catalina [su esposa, Kate Middleton, que también se está recuperando de una reciente cirugía abdominal] como para mi padre, especialmente en los últimos días. Significan mucho para todos nosotros”, afirmó el príncipe de Gales, que ha tomado el protagonismo en las actividades públicas de la familia real británica ahora que Carlos III está en pleno tratamiento de su enfermedad. También aprovechó para introducir un tono menos serio y más irónico: “Podríamos decir que los últimos días se han centrado en un componente médico. Así que se me ha ocurrido asistir a una gala de las Ambulancias Aéreas para alejarme un poco de todo eso”.
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