En los últimos meses, Carlos Alcaraz ha enfrentado un periodo complicado en su carrera debido a una sucesión de lesiones que han mermado su rendimiento y sus posibilidades de acercarse al número uno del ranking ATP. La más reciente se produjo en Río, donde una torcedura de tobillo lo forzó a abandonar el partido de su debut en el Torneo de Río a pocos minutos de haber comenzado.
María Saavedra
Esta lesión ha puesto en jaque su participación en eventos futuros, como es la exhibición en Las Vegas junto a Rafa Nadal el próximo 2 de marzo y el primer Masters 1.000 de la temporada en Indian Wells, donde defiende título. No obstante, en la rueda de prensa posterior al partido, Alcaraz lanzó un mensaje esperanzador sobre su lesión, quitándole gravedad: “Los fisios me han dicho que no es serio. Espero estar listo y voy a trabajar para estarlo, pero no lo voy a saber hasta saber el resultado de las pruebas”.
Cierto es que el historial de Alcaraz con las lesiones no es demasiado alentador, y para la poca trayectoria que tiene en el circuito profesional, se ha visto perjudicado en más de una ocasión y obligado a abandonar torneos importantes como el Open de Australia, las Nitto ATP Finals o la Copa Davis.
Desde el desgarre fibrilar hasta la torcedura de tobillo
El primer contratiempo del español llegó en el US Open de 2021, donde sufrió un desgarro fibrilar en el cuádriceps y molestias en el abductor. Consecuencia de esta lesión fue no poder disputar el Torneo de Metz de ese mismo año, aunque sí pudo competir Indian Wells un mes más tarde.
2022 se erigió como el año de Alcaraz al conquistar su primer título de Grand Slam, precisamente, en la misma pista que hacía una edición se había lesionado. Esta temporada estuvo, en su mayoría, marcada por la ausencia de lesiones, hasta que en el Masters 1.000 de París enfrentó molestias abdominales en las semifinales antes Holger Rune, que le privaron de competir en las Nitto ATP Finals y en las Finales de la Copa Davis.
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