El cierre provocó la frustración de muchos visitantes, principalmente turistas extranjeros. Los cuatro días representan una pérdida de 70.000 visitas.
La Torre Eiffel seguirá cerrada este jueves, por cuarto día consecutivo, después de que los empleados del famoso monumento parisino votaran la reconducción de una huelga.
La “Dama de Hierro” mantiene sus puertas cerradas desde el lunes, después de que los dos sindicatos del personal, Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO) , convocaran una huelga para “denunciar la gestión actual” del monumento.
La empresa que gestiona la torre, SETE, tiene unos 360 trabajadores e indicó a los visitantes que compraron en línea sus entradas que les mantendrá informados a través de su correo electrónico.
Un centenar de empleados se congregaron el jueves al pie del monumento para mostrar su frustración con la dirección.
“Es absolutamente necesario que se abran negociaciones, pero al parecer la dirección de la Torre Eiffel no ha entendido lo que significa negociar”, declaró la secretaria general de la CGT, Sophie Binet.
El mal estado de la Torre Eiffel y una gestión económica ineficiente son las principales quejas planteadas por los sindicatos CGT y FO en la cuarta jornada consecutiva de cierre del monumento por una huelga.
“Nuestra crítica a la dirección de la Torre Eiffel es que se niega a negociar (…) y que el modelo económico es desequilibrado y no ofrece garantías”, declaró ante los medios Binet, en una manifestación con los trabajadores.
La renovación de la pintura del monumento, señaló, es una de las principales inquietudes y “no es poca cosa” ya que necesita “varios años” y su coste se ha encarecido tras haberse encontrado plomo que complica la operación.
“La gestión del patrimonio no puede ser una gestión financiera a corto plazo” y sale “cara“, afirmó con rotundidad Binet.
Recordó que su sindicato lleva años batallando para garantizar el mantenimiento de un ascensor histórico, que está en servicio desde la inauguración de la Torre Eiffel en 1889, y que tiene un coste más elevado que los demás por ser de funcionamiento hidráulico.
Insistió en que la Torre Eiffel “debe disponer de los medios necesarios para realizar estas inversiones indispensables”, así como para “para pagar a su personal y contratar a nuevos empleados”.
Binet, en cualquier caso, quiso distanciarse de la polémica en torno al peligro que la situación de deterioro en que se encuentra el monumento podría acarrear para los visitantes: aseguró que la seguridad “está totalmente garantizada”.
Durante la manifestación, una treintena de empleados corearon lemas como: “la Torre Eiffel en apuros, el Ayuntamiento endeudado”; “el Ayuntamiento accionista, la Torre deficitaria”; o “el Ayuntamiento se ceba, perdona Gustave”.
El Ayuntamiento de París es el accionista mayoritario de la SETE y hasta ahora no ha querido sentarse a negociar. “Las negociaciones no han comenzado, porque la dirección de la Torre Eiffel se ha negado a negociar”, subrayó la sindicalista.
EFE y AFP