La dictadura se vuelve a equivocar al pensar que por medio de sus oscuras jugadas inhibiría y provocaría la desconfianza del ciudadano, por considerar erroneamente que esas condiciones forman parte de su naturaleza. Por el contrario, los venezolanos, dentro y fuera de nuestro país, han entendido que esta es una lucha que va más allá del mundo político y del tema electoral, pues es un ejercicio del bien contra el mal. Por supuesto, se alinean en el primer segmento y sin miedo. Bien lo afirmó María Corina en Puerto La Cruz: “El pueblo perdió el miedo, y por eso estamos aquí. Estamos decididos a hacer lo que haga falta, pero este año los sacamos de Miraflores”.
Muchas interpretaciones se derivan de lo ocurrido el 22 de octubre, pero quiero dedicar a una en especial y tiene que ver con la expresión de la soberanía de los ciudadanos, ya citada, donde se entendió que con la participación de cada uno de ellos y de su grupo familiar es que podemos establecer la verdadera unidad más allá de las organizaciones políticas. Además, la importancia del papel que tiene cada uno de los ciudadanos que es clave para provocar el cambio político.
Lo anterior significó a su vez un empoderamiento a María Corina Machado, lo cual solo es posible con unos niveles de confianza elevados en dos sentidos: primero como líder del proceso del cambio político, como nuestra abanderada para la elección presidencial que se va a realizar este año. Y, por otro lado, ante el hecho histórico del 22 de octubre, que dejó una huella y se configura como una orden por parte de la soberanía popular. Ese mandato ha sido asumido por nuestra candidata y se refleja cuando nos habla de que esta lucha es “hasta el final”, lo cual representa una estrategia dentro del marco del trabajo que nosotros estamos realizando.
El régimen pretende confundir a la gente y generar el desánimo. Esto hace que el desenlace de este cambio político no esté predeterminado, vale decir, porque no están dadas las condiciones electorales, que son por las que nosotros estamos peleando con todo. Ahí es que toma valor el mandato político de nuestra candidata María Corina Machado de ir hasta el final, lo cual se refiere a una continuidad de decisiones tácticas para cumplir con nuestros objetivos.
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Un factor determinante, en el cual se delega y se empodera a una persona para el liderazgo y también para la candidatura, es el de la confianza, que se traduce en el altísimo porcentaje de votos por el cual salió electa. Esa confianza es la que le ha otorgado la Venezuela democrática a Maria Corina Machado. Y cuando vamos hasta el final es que estamos conscientes que ante el terreno difícil por el cual transitamos, las tácticas son necesarias para desmontar los obstáculos que nos coloque la dictadura. Y nuestra líder las tiene.
En este punto, quiero rememorar un hecho histórico. En el desarrollo de la guerra de independencia hubo una batalla donde se estableció una maniobra con elementos tácticos. Fue en la batalla del 2 de abril de 1819, en las cercanías del río Arauca, en el hoy estado Apure, que fue llamada la de las Queseras del medio. Allí, José Antonio Páez, quien lideraba la conducción de esta batalla, solo tenía 153 lanceros a caballo y a pesar de ese bajo número, los enfiló contra las tropas realistas del general Pablo Morillo, que estaban muy por encima, con más de mil jinetes de caballería, lo cual conformaba una mayoría en teoría aplastante. El coronel patriota Juan José Rondón atacó a los realistas con las tácticas de Páez y el Centauro de los Llanos, frente a la situación, expresó su famosa frase de “Vuelvan caras”, que fue una táctica de combate de contraataque para hacer creer al enemigo que los patriotas emprendían la retirada. Esto produjo un corajudo ataque lleno de empuje de los patriotas contra los realistas, quienes fueron atrapados por el caos y la confusión. El balance final fue de 400 bajas para el ejército realista por solo dos caídos y seis heridos para los patriotas.
Imaginemos que hubiese sucedido en esta batalla si el coronel Rondón hubiese vacilado y optado por un plan B en vez de seguir las líneas estratégicas de Páez. El caso es que había una estrategia en unas condiciones de minusvalía, pero el elemento de confianza y liderazgo que inspiraba Páez resultó determinante en esta inolvidable e histórica gesta de la independencia, que el Libertador Simón Bolívar calificó como “la proeza militar más extraordinaria que puede celebrar la historia militar de las naciones”.
Estamos próximos a otra batalla por la libertad y les aseguro que tan grande como la confianza que le tenía su ejército a Paéz, es la que hoy le tenemos a las líneas estratégicas que se ha trazado nuestra candidata. En este caso, es alto el nivel de confianza mutua: el pueblo confía al máximo en María Corina y ella confía al máximo en el pueblo, una fórmula que nos hace poderosos.
Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.