En la era digital actual, la popularidad y amplio uso por millones de las redes sociales como Facebook e Instagram y aplicaciones de mensajería como WhatsApp y correos eléctrónicos ha revolucionado la forma de comunicación en distintos ambitos de la sociedad.
Sin embargo, este avance también ha conllevado riesgos significativos para la seguridad informática, particularmente a través de técnicas sofisticadas que insertan códigos tanto en fotos como documentos adjuntos que pretenden recopilar información privada de una cuenta.
Esta estrategia conocida como esteganografía es usada para ocultar información en un mensaje, lo que hace suceptible a usuarios del espectro digital de abrir un archivo que venga encriptado con algún virus o algoritmo que termine generando riesgos en la seguridad digital.
Las fotos traen información perjudicial oculta
La esteganografía consiste en hacer invisible la información clandestina al ojo humano, lo que ha despertado preocupaciones al ser utilizado para incrustar malware en archivos comunes tales como imágenes, videos y documentos.
La esteganografía se ha establecido como un desafío considerable en la protección contra el malware, que son cualquier software malicioso, que es usado por ciberdelincuentes para infiltrarse en un dispositivo sin que el afectado lo sepa.
El método en cuestión, va un paso más allá, al desaparecer cualquier indicio de la presencia de un código malicioso mediante la modificación minuciosa de los bits en un archivo, sin alterar su apariencia original.
Este avance marca una evolución en la percepción común respecto a los portadores de malware, extendiendo la amenaza más allá de archivos ejecutables hacia documentos y, crucialmente, archivos multimedia.
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