Caracas ha recibido en los últimos meses a Mafalda, Snoopy, al Principito y a 19 ‘Meninas’, además de bustos de poetas extranjeros, en un movimiento que destaca lo foráneo y que, si bien ha sido bienvenido, lleva a expertos a pedir a las autoridades que dirijan sus esfuerzos también en estimular el interés por las obras que forman parte del patrimonio cultural del país.
A este movimiento se suman también bustos de poetas célebres, entre ellos el del ruso Aleksandr Pushkin, develado en un parque de Caracas el pasado 20 de febrero, en presencia del ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, entonces de visita en la capital venezolana.
El año pasado, fueron develados los bustos del español Federico García Lorca y de la polaca Wislawa Szymborska, en otra zona caraqueña.
El problema, según dijo a EFE el investigador, profesor y curador de arte contemporáneo Humberto Valdivieso, no es lo que aparece, sino “lo que se olvida”.
“¿Por qué lo otro está ausente? ¿Por qué lo otro no es visto? ¿Por qué no hay un circuito de recorrido de las grandes obras urbanas?”, expresó.
Conectar con lo propio
Venezuela está “llena de joyas extraordinarias” con un “valor muy importante“, aseguró el también miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA).
Alejandro Colina, Alejandro Otero, Jesús Soto, Carlos Cruz-Díez y Alberto Cavalieri son algunos de los nombres que están detrás de las obras que forman parte del patrimonio venezolano.
Sin embargo, “no se ha hecho el trabajo de vincular al ciudadano” con ellas, y lo ideal es que haya un equilibrio entre lo propio y lo extranjero, afirmó Valdivieso.
En este sentido, señaló que si bien las culturas de muchas partes del mundo siempre han sido recibidas por el venezolano, que “es universal“, se deben atender las “ausencias que pueda haber con respecto a las iconografías” nacionales, para que también estén presentes y se les rinda homenaje, “sin suprimir nada“.
Propone recorridos para visitar las obras nacionales, a fin de educar a los ciudadanos y “se apropien de su patrimonio, lo cuiden, lo vigilen”, y hacer de Caracas y otras ciudades del país atractivas no solo para sus habitantes sino para los que las visiten.
“Hay que también mover a las personas a que reconozcan, vean que hay una cultura maravillosa y unas obras de arte envidiables en Venezuela que están ahí que también pueden ser recorridas”, dijo.
Es un trabajo “que no está hecho, que está pendiente”, de acuerdo con el investigador, quien considera que, para esto, falta “hacer el mismo esfuerzo de promoción” que se hace con las nuevas figuras, que también son “absolutamente válidas” y la gente -afirmó- tiene derecho a disfrutarlas.
Un patrimonio descuidado
Además de fomentar el interés por lo propio, Valdivieso insistió en que se debe solucionar el “problema grande” respecto al estado de deterioro de obras.
“Hay muchas obras que necesitan mantenimiento”, dijo Valdivieso, quien señaló que hay, incluso, obras de arte “vandalizadas que necesitan ser rescatadas”.
Por otra parte, el desarrollo del patrimonio cultural se desaceleró a causa de la crisis económica de la última década -con mejoras a partir de la segunda mitad de 2021- y de los efectos de la pandemia de la covid-19.
A su juicio, una forma de alimentar el patrimonio cultural nacional es a través de iniciativas que brinden oportunidades a las nuevas generaciones de artistas, promover sus trabajos en distintas disciplinas y darles mayor “presencia para que se vea la riqueza y el potencial que hay acá”.
En este sentido, “buena parte de lo que se invierte en decoración podría invertirse también promoviendo las obras de los artistas jóvenes venezolanos en los lugares públicos”.
Rances Reino, un joven de 26 años de edad que se encontraba frente a la figura de Mafalda, dijo a EFE que, a su juicio, se debe también “fomentar otro tipo de cultura” y apoyar a “tantos chamos” que hay en el país con “mucho talento“.
“Hacen falta iniciativas para fomentar la identidad a través del arte“, expresó.
El pasado 16 de febrero, el Gobierno lanzó un programa social en materia de cultura que busca “darle vida” a la identidad nacional, a través de acciones enfocadas en la promoción y apoyo de manifestaciones artísticas y tradiciones.
Este programa brindará apoyo económico al movimiento cultural, y mejorará y ampliará la infraestructura de este sector, a través de la creación de, al menos, una “casa de la cultura” en cada una de las 1.136 parroquias en los próximos seis meses, según el Gobierno.
El país también buscará reconocimiento y certificación local e internacional de “todos los patrimonios culturales” venezolanos, otro de los objetivos de este programa.
EFE