La muerte de dos guardia civiles embestidos por una narcolancha en Cádiz es un ejemplo del aumento del “uso de la violencia” como “característica clave” del crimen organizado en Europa, lo que incluye asesinatos, torturas y explosiones en suelo europeo, advirtió hoy en una entrevista con Efe la directora de Europol, Catherine De Bolle.
En un encuentro en su oficina en La Haya, sede de la agencia de coordinación policial, De Bolle subrayó el crimen organizado como su principal punto de preocupación en la Unión Europea (UE). El 30 % de los grupos está activo en el narcotráfico, un “negocio muy rentable” y “con varios problemas”, como la llegada de cocaína desde Latinoamérica, y con Europa siendo destino, tránsito y, también, “continente productor” de drogas sintéticas.
Las actividades del crimen organizado, dice De Bolle, tienen “impacto en el Estado de derecho y en la confianza social porque las características clave son la corrupción y el uso de la violencia, y se ve un aumento de la violencia en muchas grandes ciudades” europeas, como Amberes (Bélgica), Bruselas, Marsella (Francia) o Barbate (Cádiz, sur de España), donde una embarcación de la Guardia Civil fue embestida por una narcolancha y causó la muerte de dos agentes.
“Los grupos de crimen organizado usan hoy la violencia como una característica clave. En el pasado la usaban al final del proceso, cuando realmente no tenían otra opción. Porque cuando usas violencia, atraes la atención de la policía y las autoridades judiciales, por lo que se debía evitar”, comentó.
Ahora, “vemos que ya no la evitan. Hay asesinatos a sueldo en suelo europeo, torturas en suelo europeo y ocurren muchas explosiones en suelo europeo, y la mayoría de las veces está vinculado al narcotráfico”, resumió la directora ejecutiva.
Niños soldado
La rentabilidad del narcotráfico se extiende a “muchos jugadores en el campo”, lo que va desde los grandes “responsables” de la importación de la cocaína hacia la UE, hasta los que luego deben distribuir la droga. “Y ahí ves que grupos más pequeños están luchando por el territorio. La violencia la vemos de un grupo contra otro, pero también dentro de los propios grupos cuando algunos no obedecen o quieren abandonar”, explica.
Los jóvenes, en especial los menores, que se dejan seducir por el dinero del crimen organizado, son una gran preocupación, apunta De Bolle (Bélgica, 1970), que fue jefa de la Gendarmería belga antes de su nombramiento al frente de Europol en 2018.
Los delincuentes atraídos por las organizaciones criminales son cada vez más jóvenes y funcionan “bajo una especie de contrato”. Según la información en manos de Europol, a veces los jóvenes ganan 3.000 euros al mes para hacerse cargo de los asesinatos y las actividades violentas de un grupo criminal.
“Hay que compararlo un poco con los niños soldado (en un conflicto armado): son jóvenes, no tienen el marco adecuado y los estándares de qué está bien y qué está mal. Y también son impredecibles”, lamenta, poniendo de ejemplo el aumento “realmente preocupante” de los asesinatos por error, “donde los asesinos no mataron a la persona que debían haber matado”, subrayó.
Blanqueo de capitales
Otro de los aspectos que es necesario vigilar del crimen organizado es el blanqueo de capitales. “Cuando obtienen dinero, necesitan poder usarlo”, añade De Bolle. El impacto de las autoridades en esta área, señala, “no es lo suficientemente grande porque no se ha incautado mucho dinero” y se necesita “hacer aún más esfuerzos en el futuro” en este terreno.
“Porque si solo te haces con el 2 % de los activos criminales, el 98 % se queda en manos de las organizaciones criminales y pueden continuar comprando e invirtiendo en la economía legal y eso es perjudicial para el Estado de derecho y la sociedad”, advirtió.
Un foco importante en esta lucha es la cooperación, sobre todo con países de Latinoamérica, como la ya existente con Brasil, Ecuador o con Colombia, que tiene un acuerdo operacional con Europol que permite intercambiar información en una red segura y una oficina de enlace colombiana en la sede de la agencia en La Haya. Europol tiene una comunidad de oficiales de enlace que asciende a unas 250 personas de más de 50 países.
“Si necesitas información, solo tienes que cruzar el pasillo o ir a otro piso para hablar con tu contraparte de la policía, las autoridades aduaneras o la comunidad de inteligencia, para discutir un caso que tienes que establecer, o necesitas información de un cierto país. Los países latinoamericanos están muy interesados en cooperar con nosotros”, aseguró De Bolle.
EFE