Se establecieron las cárceles como centros de tortura o campos de concentración postmodernos, donde los opositores eran sentenciados a todo tipo de vejamen y daño tanto físico como psicológico. La peste chavista inició una práctica inédita en su metodología criminal para doblegar como fuese la voluntad del disidente o del crítico: la sodomización (experimentos brutales en las que se usaron objetos de diferente tipo para abusar sexualmente de sus víctimas), violaron a prisioneras políticas como la jueza María Lourdes Afiuni y “suicidaron” opositores, como Fernando Albán, lanzándolos del décimo piso de sus mazmorras. Se erigió un sistema de terror semejante al de los nacional socialista (nazis) alemanes y al de las repúblicas socialistas soviéticas, pero en Venezuela.
La Tumba fue la cúspide de la vergüenza y el horror. Suerte de prisión psicodélica, donde se llevó a los supuestos peores enemigos del régimen (por cierto, insigne reconocimiento que los enaltece), tales como José Gustavo Arocha, Lorent Saleh, Gabriel Valles, Raúl Baduel, entre otros. A seis pisos bajo tierra, en un sótano escalofriante (literal, por el frío), con las luces encendidas permanentemente, en espacios minúsculos pintados totalmente de blanco (de ahí que a la sede se le llamase el centro de la tortura blanca), este cruenta y terrorífica prisión se convirtió en el trofeo del cinismo del régimen.
Podría escribir cientos de nociones que relatan la injusticia que vivimos los venezolanos, pero como una (o varias) imágenes hablan mejor que mil palabras, te invito a que veas el episodio 6 y alcances tus propias conclusiones. Ahí lo verás todo.
Nota: mañana domingo 3 de marzo no te pierdas INJUSTICIA, horca de la libertdad, el sexto episodio de La Peste Chavista por YOUTUBE.COM/CHAVISMOLAPESTE, el canal de conciencia.
Compártelo, el país nos grita, la historia nos obliga. No es tiempo de líderes, es tiempo de próceres…, el primer paso de la libertad es la conciencia.
¡Viva Venezuela!