La joven soñaba con tener “piel clara” y recibió inyecciones tres días seguidos en un puesto de un mercado de Abiyán. Pero esperó diez días y no hubo resultados. “Me engañaron”, reconoce la youtuber, que pide ser identificada con el seudónimo Anita.
Muchas mujeres, influenciadas por un ideal de belleza de tez clara, despigmentan su piel en África occidental, principalmente con la ayuda de cremas disponibles en los comercios pese a ser dañinas.
Es “un problema de salud pública mundial que requiere atención urgente”, señaló en noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En los últimos años, además de los ungüentos -algunos de los cuales envejecen prematuramente la piel, producen espinillas o contienen sustancias cancerígenas-, aparecieron ampollas y viales.
Estos líquidos inyectables en las venas son muy populares, especialmente entre las mujeres más jóvenes. Se les atribuye un efecto “más rápido” y “uniforme“, explica Marcellin Doh, presidente de un colectivo de ONG que lucha en Costa de Marfil contra esta práctica.
Hasta ahora ni las autoridades sanitarias ni la OMS parecen abordar seriamente los peligros específicos de estas inyecciones, a diferencia de los de las cremas, ampliamente documentados.
De composición poco transparente, alimentan una red de estafas, como lo demostró un producto comprado por AFP en Costa de Marfil y enviado a Francia para análisis, poniendo en evidencia una diferencia entre lo anunciado en el embalaje y el contenido.
En Cocovico, un mercado de Abiyán, una mujer pide comprar un líquido que “aclara la piel“. Una vendedora saca un lote de diez viales de una riñonera y negocia su precio en poco más de 40 dólares.
Más allá de los discretos puntos de venta físicos, decenas de páginas de Facebook marfileñas, camerunesas, senegalesas o incluso nigerianas, proponen abiertamente estas sustancias, reivindicando “un blanqueo uniforme hasta la médula ósea”.
La administradora de una tienda en línea localizada en Abiyán, contactada por teléfono y que desea permanecer anónima, afirma vender “productos importados” de Asia sudoriental, Italia o Suiza.
En su opinión, los líquidos son “de buena calidad” porque “son medicamentos”.
En realidad, su composición escapa a todo control, al igual que su modo de fabricación, y si fuesen medicamentos su desviación podría tener graves consecuencias.
“Debido a sus efectos secundarios, se supone que son corticosteroides”, explica Sarah Kourouma, dermatóloga del hospital de Treichville en Abiyán.
Estos potentes antiinflamatorios generan “despigmentación de la piel cuando son utilizados durante mucho tiempo y en dosis altas”, pero también pueden provocar diabetes o hipertensión, detalla.
– Riesgos para la salud –
Las mujeres más adineradas recurren a las inyecciones a base de glutatión, un antioxidante natural prescrito a los pacientes con cáncer o enfermedad de Parkinson, observa Grace Nkoro, dermatóloga del hospital ginecológico-obstétrico de Yaundé, en Camerún.
Nkoro atendió a varias pacientes con problemas de piel o que desarrollaron una insuficiencia renal después de “comprar estas inyecciones en internet”.
Lo mismo puede decirse de Kourouma, en Abidján, que describe a “mujeres jóvenes, instruidas, entre 25 y 30 años” que se inyectan estas sustancias “cada semana, a veces cada dos días“, sin saber precisamente su composición.
Presentan “patologías de la piel como acné o manchas negras muy difíciles de tratar“, detalla.
En Ghana, las autoridades emitieron una alerta en octubre de 2021. Las inyecciones de glutatión “plantean un riesgo para la salud, con efectos secundarios tóxicos para el hígado, los riñones y el sistema nervioso”, y que pueden provocar el “síndrome de Stevens Johnson” (putrefacción de la piel).
Otro peligro son las inyecciones, realizadas muchas veces por las vendedoras en la calle o en la parte trasera de una tienda y con el riesgo de posibles transmisiones de infecciones, incluyendo hepatitis y VIH.
Si bien en 2015 las autoridades marfileñas promulgaron un decreto que prohíbe determinados productos blanqueadores, como los derivados de corticosteroides, otros derivados del glutatión no figuran en la lista.
Estos productos siguen siendo ampliamente accesibles en los mercados y en internet. AFP pudo obtenerlos contactando en redes sociales a una vendedora de inyecciones de glutatión.
Comprado en Abidján un lote de 16 frascos por 125 dólares, el producto sugiere la presencia de glutatión debido a su nombre (“Glutax 7000000 GM”).
Las muestras enviadas a París para su análisis en el laboratorio de toxicología del hospital Lariboisière, solo evidenciaron la presencia de vitaminas, proteínas y azúcar, pero nada de glutatión.
– Normas estéticas coloniales –
Ante lo que parece ser una estafa AFP buscó al fabricante. En su sitio internet, Dermedical Skin Sciences afirma tener un laboratorio en Italia. En la dirección indicada en Milán Google Maps ubica un terreno de golf y una piscina municipal.
El llamado telefónico, a un prefijo de Génova -a 150 km-, fue contestado por una voz femenina que aseguró ser una simple particular.
No existe ninguna empresa registrada bajo el nombre “Dermedical Skin Sciences” en el registro de comercio italiano.
Contactado por AFP, un comerciante marfileño que vende el mismo producto de la marca “Glutax” aseguró haber entrado en relación con un “mayorista en Manila”, capital de Filipinas, muy lejos de Italia.
En Google Maps, una empresa “Glutax” aparece en Manila y acumula más de 120 opiniones de clientes.
Ese país alberga gran número de mayoristas y revendedores que abastecen principalmente a los mercados africanos, aunque con productos inyectables a base de glutatión que están prohibidos en Filipinas.
A pesar de las estafas, las prohibiciones y los riesgos sanitarios, muchas mujeres en Asia y África recurren a estas inyecciones “blanqueadoras“, que responden a normas estéticas “heredadas del período colonial”, analiza la investigadora en el Nordic áfrica Institute, Shingirai Mtero.
La OMS estima que el blanqueamiento de la piel, a pesar de las advertencias, está muy extendido en África y afecta a hasta tres cuartas partes de la población de Nigeria.
“Los países africanos salieron de la colonización, pero no se emanciparon de los prejuicios que se les impuso”, destaca Mtero.
AFP