Miami Beach está tratando de ponerle fin a los excesos por el receso de primavera (conocido como spring break), pero aún se desconoce si a los turistas les queda claro. Incluso, este año la ciudad emblema del estado de Florida les pide que se vayan de fiesta a otra parte.
Por La Nación
Destino de spring break predilecto desde hace mucho tiempo, la ciudad lanzó una campaña publicitaria en la que insta a los visitantes a replantearse sus planes de viaje si piensan beber en público o divertirse con excesos en la vía pública.
“Esto ya no funciona”, comienza el anuncio, con una residente local. “Y no somos nosotros, sos vos”, señala. “Nuestra idea de pasarlo bien es relajarse en la playa, ir al spa o visitar un nuevo restaurante”, añade otro local. “Ustedes sólo quieren emborracharse en público e ignorar las leyes. ¿Se acuerdan de lo que pasó el año pasado? Ese fue nuestro punto de ruptura. Así que rompemos contigo”.
Después de tres años consecutivos de violencia durante el spring break, las autoridades de Miami Beach implementarán medidas de seguridad durante todo el mes con el fin de reducir el caos, entre las que se incluyen restricciones de estacionamiento para los no residentes y el cierre de cafeterías con terrazas los fines de semana de mayor actividad.
La ciudad advirtió a los visitantes que estén preparados para toques de queda, inspecciones de bolsos en la playa, un horario reducido de acceso a las playas, tests de alcoholemia, tarifas de estacionamiento de 100 dólares y arrestos por posesión de drogas y violencia. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció el martes que se desplegará a 45 agentes de la policía estatal para reforzar la vigilancia.
La ciudad está llevando a cabo su campaña “anti-turismo” en forma de publicidad digital dirigida centrándose en los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, pero también en otros estados del sudeste del país, de donde proceden muchos veraneantes de primavera.
Aunque la ciudad creó campañas de marketing en el pasado para educar a los visitantes de spring break sobre las leyes locales y promover la seguridad pública, decidió adoptar un enfoque más directo con esta última campaña, dijo Melissa Berthier, directora de la oficina de marketing y comunicaciones de la ciudad de Miami Beach, según reortó el diario The Wall Street Journal.
“Esperamos que todos los que vean esta campaña comprendan que Miami Beach no quiere ser un destino de vacaciones de primavera”, dijo Berthier. “No andamos con rodeos: si vienen a Miami Beach a causar problemas o a desmadrarse, no vengan”.
La campaña empezó a principios de febrero y continuará hasta el 31 de marzo, explicó. La ciudad recibe a os visitantes de las vacaciones de primavera en marzo, con un pico durante dos fines de semana consecutivos. La policía efectuó 573 detenciones en Miami Beach durante el spring break del año pasado y confiscó más de 100 armas, según Berthier. “Realmente no podemos tolerar otro año como los últimos”, advirtió Berthier.
Sin embargo, a los propietarios de negocios en el famoso vecindario de South Beach les preocupa que puedan perder ingresos durante una de las épocas más concurridas del año, y los defensores de los derechos civiles señalaron que las restricciones son una reacción desmedida en respuesta a las grandes multitudes de personas de raza negra.
Muchas de las restricciones de la ciudad no son nuevas, pero en los últimos años fueron implementadas como medidas de emergencia durante las vacaciones no oficiales, y no como medidas que entran en vigor con anticipación.
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