“La corriente succionó mis zapatos”: pasajero reveló el terror al abrirse la puerta del avión de Alaska Airlines en pleno vuelo

“La corriente succionó mis zapatos”: pasajero reveló el terror al abrirse la puerta del avión de Alaska Airlines en pleno vuelo

Cuong Tran estaba casi frente a la puerta adicional no usada que salió volando.

 

Su cinturón de seguridad fue clave al “aferrarse para salvar la vida”, asegura Cuong Tran, uno de los pasajeros en el avión de Alaska Airlines que perdió una parte del fuselaje en pleno vuelo en enero.

Por BBC





El estadounidense originario de California contó a la BBC su mala experiencia, en la que el agujero fue succionándolo todo, incluido su teléfono, calcetines y zapatos por la descompresión incontrolada a 16.000 pies de altura (unos 4.875 metros) cerca de la ciudad de Portland, en Oregón.

Tran es uno de los siete pasajeros que han presentado una demanda contra el fabricante Boeing, la aerolínea Alaska Airlines y la empresa de manufactura Spirit AeroSystems.

Las compañías declinaron hacer comentarios.

Imágenes de ese momento que se viralizaron en internet -y que fueron recabadas por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB)- mostraron un gran agujero en un costado del avión modelo Boeing 737-9 Max.

Las máscaras de oxígeno fueron desplegadas por todo el avión en el incidente ocurrido el 5 de enero.

En una investigación preliminar, los organismos reguladores estadounidenses descubrieron que faltaban cuatro pernos clave, que mantienen en su sitio una puerta adicional que no era usada por este avión que se dirigía a California.

Ninguno de los 177 pasajeros y tripulantes que viajaban a bordo perdió la vida. Pero Tran, que estaba sentado junto a su amigo en una fila detrás de la sección que estalló, sufrió varias heridas, entre ellas una laceración en la pierna.

“Me aferraba por mi vida”

Al contar su experiencia a la BBC, el hombre de 40 años relató lo ocurrido poco después del despegue, cuando normalmente él se dispone a dormir.

“El capitán dijo que habíamos sobrepasado los 10.000 pies (3.048 metros). Entonces el agujero se nos vino encima y recuerdo que mi cuerpo se elevó. Luego toda la parte inferior de mi cuerpo fue succionada por el viento”, explica.

La descompresión, dijo, duró unos 10 o 20 segundos. En esos instantes pudo ver cómo a su alrededor otros pasajeros no podían creer lo que estaba ocurriendo.

“Fue probablemente la primera vez en mi vida que tuve la sensación de no controlarlo todo. No daba crédito a la situación”, dijo Tran.

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