Egildo Luján Nava: “Calma y cordura” el lema del expresidente Eleazar López Contreras

Egildo Luján Nava: “Calma y cordura” el lema del expresidente Eleazar López Contreras

El general José Eleazar López Contreras nació en Queniquea, estado Táchira, Venezuela, el 5 de mayo de 1883 y murió en Caracas, el 2 de enero de 1973. Fue un distinguido y honorable soldado y político venezolano, además del trigésimo segundo presidente de Venezuela, desde el 17/12/1935 hasta el 5/5/1941. Período presidencial en el cual fijó las directrices para el cambio político, económico y social del país, es decir, del hecho que permitió el nacimiento de la democracia en la Nación.

“CALMA Y CORDURA” fue la frase que quedó inscrita en la historia reciente, como el lema de gobierno del expresidente Eleazar López Contreras. A partir del año 1941, año cuando el expresidente Isaías Medida Angarita (1941-1945) recibe la Presidencia de la República de manos del antecesor, y procede a darle continuidad al novedoso proceso democrático. Lamentablemente, sus intenciones fueron truncadas, al ser derrocado por un golpe de Estado.

Es triste y lamentable que, luego de haber transcurrido 90 años de historia venezolana, pareciera que los venezolanos todavía no hemos aprendido la lección de lo que significa convivir democráticamente, en armonía y con voluntad racional de lo que se traduce en respetar al prójimo, como la voluntad de las mayorías, además de cumplir con los deberes y los derechos, tal y como está concebida en la vigente Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.





Desde luego, asimismo, son estos todos los sencillos conceptos -y de fácil entendimiento- que, lamentablemente, han sido avasallados por la codicia, las ambiciones de poder, las ansias de lucro personal, además de las envidias, el dolo y la maldad. Y es así, además, como se han interpuesto en el camino todas las obstrucciones para que, posteriormente, en el país no se consolide la ruta de la felicidad, el éxito, el desarrollo, la prosperidad individual y, por ende, del país.

El 18 de octubre de 1945, lamentablemente, fue derrocado el presidente Isaías Medina Angarita por un golpe de Estado cívico-militar. Fue perpetrado por militares de las nuevas generaciones, en asociación con líderes del partido Acción Democrática, y entre los que destacó, como líder, quien luego habría de convertirse en presidente: Rómulo Betancourt. A su cargo, se consagró como presidente entre 1945-1948, y, posteriormente, fue derrocado durante un golpe de Estado MILITAR.

Después que transcurrieran diez años de perturbación social, sin rumbo definido y de gobiernos militares muy turbulentos, la dirección de la Nación durante tres años (1949-1952) por una Junta Militar de Gobierno, se constituye la que habría de convertirse en el desempeño del -para variar- dictador general Marcos Pérez Giménez. Este asume la Presidencia (2/12/1952 – 23/1/1958), producto de unas elecciones muy cuestionadas. Y, finalmente, como consecuencia de otro golpe de Estado, se inicia el que habría de ser considerado el renacimiento de la democracia en el país.

Cuando se produce otra vez la elección del expresidente Rómulo Betancourt, en lo que se traduce el hecho es que, nuevamente, dicho dirigente venezolano es electo constitucionalmente para el período presidencial 1959-1964. Tal proceso no solo culmina exitosamente, sino que, además, su mandato, luego de varios intentos de golpes de Estado, como de alzamientos militares, en Venezuela se continúa con una sucesión democrática de presidentes, hasta diciembre de1998. ¿Consecuencia? Se completa un ciclo de 40 años de gran transformación, prosperidad, como de éxito para el país.

Sin embargo, un nuevo acontecimiento de orden gubernamental se produce nuevamente en 1998, cuando un militar retirado, Hugo Chávez Frías, gana las elecciones y asume la Presidencia. Y es así como, nuevamente, emerge otra época que, con peculiaridades de fractura institucional, se manifiestan tambores de guerra que, a la vez que repican y hacen sentir el registro de sus voces, abren el camino de otra versión de gestión, a partir del cambio constitucional de la Nación.

Lo cierto es que el llamado ruido de los tambores de la transformación de la Patria, deja sentir “la voz de una calificada revolución social”, hasta posicionarse dejando sentir la que es considerada la vía de la voz más fuerte”. Tal fortaleza no es otra que aquella que se manifiesta en el Medio Oriente, cuando se complica el tráfico y el mercadeo petrolero, mientras se proyecta el precio del producto, convirtiendo a Venezuela en el único proveedor confiable del momento, además de ser el poseedor de las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo.

Tal realidad es la que, además de convertir a Venezuela en un país receptor de enormes ingresos de dinero para lo cual la Nación no estaba preparada, provoca una gran intoxicación por exceso de dinero, además de un desorden administrativo que propicia derroches, además de peculado. Lo cierto es que la Venezuela del momento, pasa a ser un país en donde el exceso de dólares TODO LO HACE POSIBLE, cuando pasa a ser UNA GRAN Y GENEROSA PIÑATA.

Lo cierto es que, desgraciadamente, por ignorancia, desidia y mala administración, el tejido económico productivo del país queda destruido. Asimismo la industria petrolera, LOS SERVICIOS PÚBLICOS, el sector industrial, el comercio y el sector agropecuario propician condiciones para que se frene el ingreso en dólares, a la vez que convierte a un país próspero y rico, en uno de los más pobres y corruptos del mundo.

En resumen, el problema no es Venezuela. Lo son sus ciudadanos. Los mismos que se niegan a entender que se tiene que cambiar de rumbo, como de tipo y de forma de gobierno. El daño producido de ayer ricos y hoy pobres, no se va a resolver con odios, tampoco peleando, y mucho menos abusando de las condiciones de la convivencia.

La única solución que existe para salvar al país es: la unidad, la convivencia en paz, el cambio de ruta, para lo cual hay que apelar a un proceso electoral limpio, transparente y ajustado a lo que traduce el derecho constitucional. El pueblo quiere un cambio de ruta y de gobierno, con gente honesta, especializada y tecnificada. El país tiene todo lo necesario para propiciar dicha evolución, a saber: abundantes recursos naturales, tierras fértiles, grandes recursos hídricos, clima tropical, bellezas turísticas, además de miles de kilómetros de costa franca al mar y gente con capacidad para todo.

“VAMOS, VENEZOLANOS”: EL PROBLEMA Y SU SOLUCIÓN ES NUESTRO. ES IMPERATIVO LLEGAR A ACUERDOS, A SOLUCIONES Y SOMETERNOS A UN PROCESO ELECTORAL LIMPIO, DONDE CONCURRA QUIEN QUIERA, SIN INHABILITACIONES PARA CONCURRIR Y QUE SEA LA VOLUNTAD DE LOS ÚNICOS DUEÑOS DEL PAÍS: “EL PUEBLO”. SON ELLOS LOS LLAMADOS A ELEGIR A SUS PRÓXIMOS GOBERNANTES. EL MUNDO ENTERO ESTÁ PENDIENTE Y VIGILANTE SOBRE VENEZUELA. NO SOMOS UNA ISLA.