La temporada de Grandes Ligas 2024 inicia este jueves con unos Dodgers de Los Ángeles marcados como claros favoritos para conquistar la Serie Mundial, pero rodeados también por un escándalo de apuestas deportivas que toca, valga la redundancia, a su principal ‘apuesta’ para alcanzar ese objetivo: el japonés Shohei Ohtani.
En el pasado mercado de agentes libres, los Dodgers salieron decididos a colocar en su plantilla el mejor material disponible, lo que los llevó a entregar, al mejor jugador de la actualidad, Ohtani, 700 millones de dólares por 10 temporadas (el mayor contrato en la historia del deporte).
“El unicornio”, como es conocido Ohtani por su capacidad única de lanzar y batear al mejor nivel del juego, enfrenta su primer y quizás más difícil obstáculo, y no es precisamente su recuperación de la cirugía a la que fue sometido al final de la pasada temporada sino el escándalo de apuestas deportivas en el que se ha visto rodeado por la confesa participación en ellos de su ya extraductor Ippei Mizuhara.
Cuando esta situación salió a la luz pública, Mizuhara dijo a la cadena ESPN que Ohtani se había comprometido a pagar la deuda de unos 4,5 millones de dólares, producto de las apuestas ilegales que realizó, aunque posteriormente se contradijo, cambió su versión y dijo que el jugador no sabía nada de esas transferencias que se hicieron desde sus cuentas.
En sus primeras declaraciones al respecto, Ohtani aseguró este lunes que ha sido víctima de robo por parte de su antiguo intérprete.
“Ippei ha estado robando dinero de mi cuenta y ha dicho mentiras. Obviamente no lo hice, nunca acepté saldar la deuda o acepté hacer pagos a la casa de apuestas”, precisó Ohtani, quien dijo estar colaborando en las investigaciones que se están desarrollando al respecto.
Ohtani también enfatizó que nunca ha estado involucrado en apuestas de ningún tipo, tampoco con intermediarios.
“Nunca aposté en béisbol ni en ningún otro deporte, ni nunca le pedí a nadie que lo hiciera en mi nombre, y nunca recurrí a una casa de apuestas para apostar en deportes y nunca me pidieron que ayudara con las apuestas”, indicó.
Aunque señaló que está enfocado en la temporada, evidentemente este tipo de situación es algo con lo que nunca ha tenido que lidiar anteriormente, lo que puede convertirse en una distracción en cuanto a su labor en el terreno de juego.
Además, Ohtani expresó estar “muy triste y sorprendido” de que alguien de su absoluta confianza hiciera eso.
Impacto en el equipo
El impacto mediático y la investigación que realiza MLB y otros organismos relacionados a este caso serán parte de la temporada de los Dodgers.
Sin importar si este caso existiera o no, Ohtani siempre será el centro de atención de la prensa y del béisbol en general, por lo que más allá del efecto que pueda causar en el rendimiento de Ohtani el conjunto de Los Ángeles está plagado por un grupo de estelares que difícilmente desvíen su atención del objetivo que persiguen en el terreno de juego.
Aparte de Ohtani, la batería ofensiva de los Dodgers cuenta con otros dos ganadores del premio al MVP: Mookie Betts y Freddie Freeman. Junto a Max Muncy y Teoscar Hernández, el equipo californiano cuenta con un quinteto de bateadores con la capacidad para batear 30 o más jonrones y llevar más de 80 carreras al plato.
Tras el surgimiento del escándalo el pasado miércoles, en el juego del día siguiente, el pasado jueves 21 de este mes, la ofensiva de los Dodgers produjo 11 carreras ante los Padres de San Diego en la serie especial de juegos de Seúl dando muestras de que su enfoque está en el juego.
Eso sin contar con la profundidad de su cuerpo monticular, que integran Tyler Glasnow, Yoshibuto Yamamoto, Bobby Miller y que también espera la contribución más delante de Walker Buehler y Clayton Kershaw.
Con todo ello, los Dodgers son una maquinaria preparada para hacer daño y su meta solo está puesto en recorrer el camino hasta la Serie Mundial.
EFE