El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, discuten este jueves asuntos de la realidad regional y global, durante la última jornada de la visita de tres días del líder galo a Brasil.
Lula recibió con honores a Macron en el Palacio presidencial de Planalto, tras haber estado juntos en la Amazonía y Río de Janeiro, donde discutieron asuntos medioambientales, de cooperación y defensa.
La ceremonia de bienvenida fue mucho más pomposa que en otras visitas de Estado y Macron recorrió una alfombra roja tendida a lo largo de más de 100 metros, entre soldados del histórico batallón de Dragones de la Independencia, hasta llegar al Palacio Presidencial.
En Brasilia la agenda está centrada en espinosos asuntos de la realidad regional y global, y la discusión pasará por los conflictos en Ucrania y Gaza, y las dificultades del proceso electoral que se desarrolla en Venezuela.
También está previsto que discutan sus diferentes perspectivas en relación al acuerdo que desde hace dos décadas negocian la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que tras el consenso alcanzado en 2019 sigue bloqueado, sobre todo por el rechazo de Francia y otros países del bloque comunitario.
Este miércoles, durante un evento empresarial en São Paulo, Macron reiteró su oposición a ese acuerdo, que considera anticuado, con unas bases establecidas hace dos décadas, y volvió a insistir en abrir una nueva negociación adaptada a la realidad del mundo actual, en especial en materia de medio ambiente.
En presencia de Lula y Macron, ambos Gobiernos firmarán una veintena de acuerdos bilaterales, que apuntan a afianzar una relación bilateral que tanto Brasil como Francia califican de “excelente”.
Tras una reunión privada, ambos presidentes tienen previsto hacer una declaración conjunta ante los periodistas y luego compartirán un almuerzo en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería.
La última actividad de Macron en Brasil será una visita a la sede del Parlamento, donde será recibido por el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, antes de emprender el regreso a París. EFE