Los Estados Unidos de Kailasa no existen. Se trata de un país ficticio creado por un estafador internacional autoproclamado dios hindú de nombre Nithyananda Paramashivam, perseguido por la justicia de India, que ya ha tenido problemas con algunos otros gurús falsos y falsificadores. En esta lista de la vergüenza están Rampal, arrestado en 2014 por cargos que incluían asesinato y obstrucción de la justicia, Asaram Bapu, condenado por violación en 2018 y sentenciado a cadena perpetua, Nirmal Baba, el autoproclamado santo que prometía soluciones milagrosas a través de sus programas de televisión o Swami Nithyananda acusado de fraude, abuso sexual y otras actividades delictivas. Y la lista continúa.
Por Infobae
Desde 2019, Nithyananda Paramashivam ha engañado a incautos con un país imaginario que fundó en una supuesta isla que compró frente a las costas de Ecuador. Hasta que una alta funcionaria del Gobierno del Ecuador fue fotografiada con un delegado del país ficticio en un evento de las Naciones Unidas.
Un monje de Kailasa se reunió en un acto oficial con una ministra ecuatoriana, presumiblemente el 1 de marzo pasado. Aunque no es la primera vez que este falso país consigue la atención de funcionarios de otras naciones o de organizaciones internacionales. Por ejemplo, en diciembre pasado, los representantes de Kailasa participaron en las sesiones de dos debates en la Organización de las Naciones Unidas. La reunión con Sade Fritschi Naranjo, la Ministra de Ambiente de Ecuador –una joven profesional presentada como alumni de Oxford Brookes, que no es la Universidad de Oxford–, desconcierta porque se trata de alguien que debería conocer la utilidad de los mapas o del estudio de la geografía para finalidades ambientales o turísticas.
La ministra Sade Fritschi Naranjo es originaria de las Islas Galápagos, el paradisiaco archipiélago que es la carta de presentación turística del Ecuador ante el mundo. Las Galápagos tienen una superficie de 8 mil kilómetros cuadrados y están frente a Ecuador.
Cualquiera con teléfono inteligente en las manos habría escrito en el buscador los descriptores “Estados+Unidos+Kailasa” y los primeros titulares que hubiera obtenido serían: estafa, fraude o ficción. Efectivamente, los Estados Unidos de Kailasa no son ni Estados, ni Unidos, ni están en Kailasa.
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