En la vida del ser humano podemos ver distintas facetas, como por ejemplo académicas, laborales, familiares, entre otras, y cada una de ellas a su vez transita por distintos niveles, algunos suaves, otros más complejos, pero cada una de esas experiencias van formando la personalidad de ese ser, van aumentando sus conocimientos, van haciéndolo más humano, más sensible y empático con las personas que lo rodean, y van permitiéndole experimentar eso que llamamos vivir.
En esa interacción con el entorno, el hombre va adquiriendo información del medio que lo rodea, y luego, se usa generalmente esa información para crear un aprendizaje, teniendo presente (como suelen decir los profesores de metodología) que el aprendizaje involucra un cambio en las acciones, es decir, una persona que ha aprendido una lección: modifica su comportamiento, pues de lo contario, por mucha información que reciba, si no modifica su comportamiento, significaría que no ha aprendido la lección.
Entre las distintas facetas que tiene el ser humano se encuentran su dimensión individual y su dimensión colectiva, esa que involucra (de manera más enfática) a la sociedad. En ella podemos encontrar interacciones en áreas como la educación, la salud, el deporte, y muchas más, áreas en las que se necesita de la participación no de “uno”, sino de “varios” para que se desarrollen correctamente, pero que van más allá e implican que sin la participación colectiva (quedando solo la individualidad) ni siquiera se pueden realizar.
Una de esas áreas es la política, esa que a tantas personas les produce desagrado solo al escucharla, pero que como hecho cierto e irrefutable: se entrelaza y afecta a todas las demás. Pues, ¿qué buen sistema económico se ha visto en la historia de la humanidad que involucre un desorden político?, ¿qué avances culturales se pueden manifestar en la anarquía?, ¿qué sistema médico y educativo se desarrolla positivamente cuándo la nación donde se encuentra se pierde en el desenfreno por la corrupción en las instituciones?, yo creo que un buen desarrollo en esas malignas situaciones es inviable. Es por ello que en la política la participación de la colectividad tiene una importancia aun mayor que en otras áreas, y es por eso que las personas que estamos conscientes de su valor debemos enseñar (aunque no sea tarea fácil) su importancia al resto de la colectividad y muy en especial a aquellas personas que más alérgicas se muestran a dicha política.
La política cuando es bien practicada resulta ser una las labores más loables que puede realizar el ser humano, pues en ella el objetivo es claro y preciso, el objetivo es el bien común, el bienestar para la sociedad, garantizando al mismo tiempo las libertades y oportunidades individuales. Pero esto (hay que resaltar) solo ocurre cuando es practicada correctamente, pues cuando el caso es distinto y es ejecutada bajo mala praxis, esa política puede convertirse en carcelero del ser humano, puede transformar un ser libre, en un ser oprimido, víctima de un sistema torcido. Por eso la mejor forma de evitar la tergiversación de la política, y encaminarla por la buena senda: es con una participación ciudadana cada día más pronunciada.
¡Hoy!, nos encontramos en la recta final de un proceso “especial” de inscripción y actualización en el registro nacional electoral. Estamos a unos pocos días de que termine un ciclo que se desarrolló durante casi un mes en varios municipios de los distintos estados de la república. Y es conveniente entender la importancia de dicho ciclo, pues permitió a miles de personas acceder al sistema electoral y así garantizar su derecho a votar y expresar su voluntad de cambio el próximo 28 de julio.
Pero aún la jornada especial no termina, y aún quedan personas por inscribirse y por actualizar sus datos: es por ello que ¡hoy más que antes!, la participación de la colectividad tiene una importancia vital para el bienestar de esa misma colectividad y por ende de la propia individualidad. ¡Hoy!, todavía están a tiempo de inscribirse aquellas personas que aún no lo han hecho, ¡hoy todavía están a tiempo de ayudar a su país y a sus familias! Hoy debemos dirigir nuestras palabras a aquellas personas que tienen en sus manos la posibilidad de sumar más fuerzas a la causa libertaria, y así poder plasmar con su voto el 28 de julio su deseo de bienestar y de prosperidad a través de una renovación política, a través de una transición.
Por todo esto hermano que me lees te digo: hoy en tus manos está la posibilidad de participar y ayudar a tu país, o de permanecer indiferente a las necesidades de las personas que te rodean. Y por ello te invito a que si aún no te has inscrito o aún no has actualizado tus datos, te acerques a los puntos del registro electoral en los pocos días que quedan de esta jornada especial, para que así puedes decir con orgullo: ¡yo participe!, yo no hice oídos sordos a mi prójimo, ¡yo puse mi esfuerzo! Y que adicionalmente podamos añadirle la expresión: ¡yo siempre trabajare por la libertad de mi país!
No dejes para mañana, lo que debes hacer hoy por tu país: inscríbete en el registro electoral.