A menos que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dé pasos inmediatos para garantizar elecciones libres e imparciales este año, Estados Unidos volverá a imponer sanciones al sector energético del país suramericano a partir del próximo jueves. En esa fecha, 18 de abril, expira la licencia de seis meses que reducía estas sanciones y, según ha reiterado este lunes el Departamento de Estado, Washington no prevé renovarla si no ve progresos en el cumplimiento de las promesas de Maduro sobre los comicios presidenciales previstos para el 28 de julio.
Por Macarena Vidal / elpais.com
“A falta de progresos por parte de Maduro y sus representantes para la puesta en práctica de las disposiciones de la hoja de ruta, Estados Unidos no renovará la licencia cuando expire el 18 de abril”, ha declarado un portavoz del Departamento citado por la agencia Reuters.
Washington tiene pocas esperanzas de que vaya a producirse un giro de última hora en la posición venezolana. Representantes de ambos gobiernos se reunieron la semana pasada en México para tratar sobre las sanciones días antes del fin del plazo, sin que se consiguieran avances aparentes.
Una de las opciones que maneja la Administración Biden, que trata de mantener un difícil equilibrio para castigar a Maduro sin tomar medidas que precipiten un aluvión de migrantes económico hacia Estados Unidos, es la de aprobar una nueva licencia más estricta. No se desea, en cualquier caso, un regreso a la política de “máxima presión” aplicada durante el mandato del republicano Donald Trump (2017-2021), que desató una oleada de solicitudes de asilo de venezolanos en la frontera sur estadounidense.
Según Reuters, uno de los pasos que se estudian es permitir que Venezuela pueda seguir vendiendo su crudo en el mercado mundial, pero no autorizar el uso de dólares estadounidenses en ese tipo de operaciones.
El Gobierno del presidente Joe Biden levantó el pasado octubre y para un plazo de seis meses diversas sanciones sobre el petróleo y el gas de Venezuela, para convencer a Maduro de que cumpliera los acuerdos de Barbados, firmados entre el chavismo y la oposición, para la celebración de elecciones libres. La condición para prorrogar la licencia era que Caracas permitiera a presentarse a todos los candidatos no chavistas.
Pero la principal líder de la oposición, María Corina Machado, fue inhabilitada por las autoridades electorales, sin que las protestas internacionales hayan cambiado la situación. Tampoco se permite presentarse a las presidenciales a la primera opción para reemplazarla, Corina Yoris. Ante los repetidos bloqueos, la Plataforma Unitaria que agrupa a los principales partidos de la oposición ha acabado presentando de modo interino a Edmundo González Urrutia.
Washington ya había apuntado en enero que, de no producirse cambios en la actitud de Maduro, no se prorrogaría la licencia que permite a Venezuela la venta de su petróleo y gas a las compañías internacionales. Entonces, la declaración de la Casa Blanca, formulada por el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, desató una oleada de críticas del chavismo, que consideró la advertencia una forma de chantaje.