Un equipo de investigación coordinado por Mauro D’Amato, del grupo de Investigación en Genética Gastrointestinal en CIC bioGUNE, reveló que algunos de los mecanismos biológicos que causan el SII (síndrome del intestino irritable) pueden ser comunes con las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Una de cada diez personas sufre del síndrome del intestino irritable (SII) a nivel mundial, pero las opciones terapéuticas son escasas y generalmente limitadas en su eficacia debido a la etiología desconocida.
Según informa el centro de investigación vasco CIC bioGUNE, ese equipo internacional, junto a científicos de la Universidad italiana LUM, la Universidad de Monash (Australia), IRGB-CNR, CEINGE y la Universidad de Nápoles Federico II (Italia) y la Universidad de Groningen (Países Bajos), identíficó cambios en el ADN en la población general que se asocian con un mayor riesgo del SII, definido según criterios de consenso de expertos de la Rome Foundation.
Los investigadores estudiaron a 24.735 personas con SII y a otras 77.149 sin síntomas de dos grandes cohortes poblacionales europeas (UK Biobank y Lifelines) y compararon sus perfiles de ADN en todo el genoma humano.
Identificaron cuatro regiones genómicas, incluidas dos no reportadas previamente, donde ciertos cambios en el ADN son más comunes en personas con SII.
Los resultados se publicaron en la revista Cellular and Molecular Gastroenterology and Hepatology y apuntan a que “los hallazgos ofrecen una nueva visión sobre la fisiopatología del SII y destacan posibles blancos terapéuticos”.
El equipo también analizó similitudes entre la genética predisponente al SII y la de otras enfermedades comunes: además de la superposición conocida con trastornos del ánimo y ansiedad como en estudios previos, identificaron un nuevo vínculo con varias condiciones y enfermedades del sistema cardiovascular, incluyendo hipertensión, enfermedad coronaria isquémica y angina de pecho.
“Encuentro este el resultado más emocionante de nuestro estudio”, comentó el autor principal y supervisor del estudio, Mauro D’Amato.
“La realización de que la composición genética subyacente al SII contribuye de manera similar a las ECV nos dice que algunos fármacos y enfoques terapéuticos utilizados para tratar cualquiera de las condiciones pueden de hecho encontrar su aplicabilidad para tratar ambas”, destacó.
La investigación reveló otra importante conclusión ya que mostró que la heredabilidad del SII (el peso de la genética en determinar el riesgo de enfermedad de una persona) es mucho más fuerte de lo reconocido previamente.
El Centro de Investigación bioGUNE, miembro del Basque Research & Technology Alliance (BRTA), con sede en el Parque Científico Tecnológico de Bizkaia, es una organización de investigación biomédica que desarrolla investigación de vanguardia en la interfaz entre la biología estructural, molecular y celular.
EFE