El baile de los letrados de Daniel Sancho: ¿tiene su padre dinero para pagarlos?

El baile de los letrados de Daniel Sancho: ¿tiene su padre dinero para pagarlos?

Rodolfo Sancho y su abogado, Marcos García Montes en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas José Rui zEuropa Press

 

Si algo ha marcado este caso han sido todas las variaciones antagónicas queDaniel Sancho y su padre, Rodolfo, han ido asumiendo desde que Daniel se presentara en la comisaría de Koh Phangan un día de principios de agosto del pasado año a denunciar la desaparición de su amigo Edwin Arrieta. De una abogada de oficio, Chutiya Promrak, se pasó a contratar a un importante equipo de abogados del bufete de Fernando Oca sito en Bangkok, para luego pasar a otro de oficio, Grit Sudthanom, que ni siquiera fue utilizado –en realidad su cliente le negó el saludo en la prisión–, para finalmente llegar a un acuerdo con un famosísimo abogado español, Marcos García Montes, que desde Madrid dirige la estrategia que pone en práctica estos días en el juzgado de Koh Samui otro abogado, que podríamos señalar como el quinto, este también de oficio, llamado Aprichart Srinual, que es en realidad el legal ya que por nativo es el reglamentario y el único al que el juez toma en cuenta.

Por larazon.es





Cuando Sancho, en los albores de este caso, declaraba una cosa, reconociendo el asesinato, descuartizamiento y diseminación de los diecisiete trozos del colombiano, e incluso reconstruyendo los hechos ante numerosos testigos que grababan la interpretación prodigiosa del hijo y nieto de actores, poco más tarde, y según la nueva estrategia diseñada por el abogado recién contratado Marcos García Montes, Daniel se desdecía de casi todo lo anterior asegurando que aquello era mentira y lo actualmente dicho, la única verdad verdadera. Como los amores que comienzan bien y acaban fatal, o los amigos que sólo se administraban amistad y acabaron, con el paso de los años, camino del altar, la relación de la familia Sancho con los abogados durante este caso está siendo hasta el momento evidentemente guadianesca.

Pero la clave de tanto cambio habría que buscarla en lo que ocurrió a finales del mes de agosto del pasado año, que es cuando Daniel Sancho y su padre mantenían una cordial y profesional relación con el abogado tailandés Kun Anan Chuayprabat, miembro del equipo de abogados de Fernando Oca, y que tras la entrada en el proyecto de Marcos García Montes desde España hizo este último que todo saltara por los aires. Y lo que parecía que iba a ser un juicio en donde el acusado reconocería los hechos ya aceptados para buscar la pena más baja, está siendo todo lo contrario. La parte acusada duda de la actuación policial a la que tilda de malévola y ahora incluso, por medio de Daniel Sancho en entrevistas sorprendentes desde el presidio, se pide la absolución en un delirio disparatado.

Mal olor

Pero tras tanta modificación se desprende un mal olor que podría ser la clave en todo este cambio de abogados y planteamientos que incluso al que escribe lo dejan mareado, tantas veces timorato. Porque a la vez que Rodolfo Sancho tomaba las riendas de las decisiones a tomar, hay otro asunto que brota en el ambiente: ¿cómo es posible que en un caso que podría conllevar la pena de muerte, o al menos, la cadena perpetua, Rodolfo Sancho haya elegido, por mucho que tenga un acuerdo con García Montes, el cual repito, no puede ejercer en Tailandia, a un abogado de oficio tailandés, desprovisto de toda iniciativa y experiencia?

Las malas lenguas hablan de que Rodolfo Sancho no pasa por su mejor momento económico. Eso justificaría su acuerdo con la plataforma HBO para realizar una serie documental de cuatro capítulos por la que ya ha cobrado una importante cantidad de dinero, por lo que no tendría sentido alguno que un abogado de oficio lleve un caso tan complejo hasta sus últimas consecuencias. A su vez, desde que el pasado verano el despacho de Fernando Oca y Rodolfo Sancho dejaron de trabajar juntos, se ha rumoreado que los emolumentos que debía cobrar el bufete por el empleo de Kun Anan no habrían sido aún resueltos aún ni en tiempo y forma.

Lo que ha quedado claro es que la estrategia y selección de abogados de Daniel Sancho está dando muchos tumbos. Y que la promiscuidad a la hora de seleccionar letrados en sólo unos meses ha llamado mucho la atención en el tradicional y conservador mundo tailandés, que sigue entendiendo a España como un país «tsunámico», muy alejado de los valores budistas locales, donde el respeto y la sonrisa imperan. Como ejemplos cercanos, en los últimos años son ya tres los ciudadanos españoles que han asesinado en suelo tailandés. Dos de ellos acabaron descuartizando el cuerpo y esparciéndolo; además, desde que todo este caso comenzó, las quejas de las autoridades tailandesas por el supuesto mal comportamiento de los medios de comunicación enviados desde España a la hora de tratar de acceder a lugares públicos y entrevistar a autoridades ha llamado mucho la atención. Lo último ha sido la estrategia que está tomando el abogado del acusado, que se considera no ya sólo temeraria, sino lo que es peor, provocativa con los métodos tailandeses, un auténtico brindis al sol, porque se asume que es un plan diseñado para perder, sobre todo si el que ejerce la defensa realmente supiera algo sobre Tailandia, cuando en realidad lo sabe: es tailandés, aunque sigue un planteamiento extraño que le dictan desde Madrid.