Para nuestro Sol, su historia comenzó hace aproximadamente 4.600 millones de años y terminará con una transformación dramática que finalmente acabará devorando a nuestro planeta. Para comprender el futuro de la Tierra, primero debemos comprender qué le pasará a nuestra estrella. El Sol, como todas las estrellas, funciona gracias a la fusión nuclear en su núcleo, donde los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio, liberando energía en el proceso. Esta energía es irradiada hacia afuera, proporcionando la luz y el calor esenciales para la vida en la Tierra.
Por: Muy interesante
Esta fase es tranquila y se conoce como la secuencia principal de una estrella. Es una fase estable en la que nuestro Sol seguirá fusionando hidrógeno unos cuantos miles de millones de años más, sin prisa pero sin pausa. Sin embargo, a medida que el Sol agote su combustible, comenzará una época turbulenta en la que fusionará elementos más pesados como carbono y oxígeno y cuando llegue el dramático momento en el que ya no quede más combustible, la inestabilidad hará que el núcleo se contraiga bajo la gravedad, aumentando la temperatura y provocando que las capas exteriores del Sol se expandan. Entrará entonces en la fase de gigante roja.
El Sol se expandirá y se expandirá (en una comparación al lobo de los tres cerditos) a un tamaño tan colosal que probablemente abarcará las órbitas actuales de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra. Y esto aún no es todo. Aún quedará una estrella densa y pequeña, conocida como enana blanca que, con el paso del tiempo, evolucionará a una enana negra que es lo que los astrónomos hipotetizan que sucederá cuando la energía térmica resultante de la enana blanca se agote también y solo quede un cuerpo frío e invisible.
¿Qué triste final le espera a la Tierra y al resto del sistema solar?
Esto sucederá en unos 6.000 millones de años según un nuevo trabajo de las universidades de WarWick (Inglaterra) y Naresuan (Tailandia)… pero, ¿si el Sol muere?, ¿qué pasa con la Tierra? Pues lo cierto es que mucho antes de que el Sol acabe en fase de enana blanca, la Tierra ya habrá dejado de existir mucho antes de las etapas finales de nuestra estrella.
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