En una muestra impresionante de talento y resiliencia, Joel Embiid, la estrella del equipo de baloncesto Philadelphia 76ers, eclipsó el tablero anotando 50 puntos durante el triunfo de su equipo 125-111 contra New York Knicks. Este encuentro, crucial en la primera ronda de los Playoffs de la NBA, representó una victoria significativa para los de Pensilvania, quienes ahora se encuentran 1-2 en la serie.
Una vez finalizado el partido, el camerunés nacionalizado estadounidense (será parte del Dream Team en los Juegos Olímpicos de París 2024) sorprendió a todos los presentes en la conferencia de prensa al reconocer que padece parálisis de Bell, una condición que afecta temporalmente el control muscular facial.
La condición de Embiid, una parálisis facial temporal causada por daño o trauma en uno de los nervios faciales, no menguó su espíritu competitivo. Afectado por síntomas como visión borrosa y ojos secos, el pivot expresó ante los medios, protegido por gafas de sol, la incomodidad que ha enfrentado. “Sí, es bastante molesto. Mi lado izquierdo de mi cara, mi boca y mi ojo. Ha sido duro”, manifestó, subrayando su compromiso de no rendirse ante las adversidades. “Voy a seguir luchando contra cualquier cosa. Es lamentable, así es como lo veo. Pero no es una excusa”, agregó.
El desempeño excepcional de Embiid contra los Knicks fue notable, acertando 13 de 19 intentos de campo y 19 de 21 en tiros libres, además de marcar cinco triples durante el juego.
Esta actuación destaca aún más por el hecho de que Embiid ha estado lidiando con los efectos de la parálisis desde antes de cotejo en donde los 76ers se enfrentaron al Miami Heat el 17 de abril. “Uno o dos días” antes del enfrentamiento, Embiid comenzó a experimentar los síntomas que, sin embargo, no impidieron que aportara 23 puntos y 15 rebotes en la victoria que aseguró la clasificación de su equipo a la postemporada.
¿Qué es la parálisis de Bell?
Es importante destacar que este trastorno se caracteriza por una asimetría facial, donde la persona afectada es incapaz de levantar una ceja, arrugar la frente, cerrar un ojo por completo, o sonreír adecuadamente del lado afectado. Otros síntomas pueden incluir irritación y sequedad ocular, una sensación alterada del gusto, y una percepción más intensa y molesta de los sonidos por el oído del lado comprometido.
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