Días atrás se dio un hito sin precedentes: un caza de combate controlado por inteligencia artificial llevó a Frank Kendall, Secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en un vuelo de simulación en la base Edwards, en California, famosa por su historia de innovación aeroespacial e investigación clasificada. El F-16, llamado Vista, demostró su capacidad de realizar maniobras a alta velocidad y con una gran precisión, desafiando a otro F-16 pilotado por un humano en un emocionante duelo aéreo.
A pesar de las preocupaciones sobre el uso de la inteligencia artificial en operaciones militares, Kendall expresó su confianza en el rol que desempeñará en el futuro del combate aéreo. De hecho, aunque la tecnología aún no está totalmente desarrollada, la Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene previsto crear una flota de más de 1.000 aviones de combate no tripulados para el año 2028.
“No tenerla es un riesgo para la seguridad. En este momento, tenemos que tenerla”, dijo el Secretario de la Fuerza Aérea norteamericana en una entrevista con la agencia The Associated Press después de aterrizar.
Y agregó: “Realiza tareas muy complicadas, utilizando nuevas tecnologías que implican una computación muy potente y matemáticas avanzadas para resolver problemas que antes no se podían resolver con ordenadores. Básicamente, la forma en que utilizamos la automatización de la inteligencia artificial es crear una situación para una intervención, por así decirlo, y luego encender la automatización y dejar que controle el avión durante un periodo de tiempo (uno o dos minutos). Luego se vuelve a apagar. Y hay una serie de factores de seguridad, como a qué altitud tenemos que estar, a qué distancia podemos acercarnos al otro avión…”.
Esa agencia, junto con la cadena NBC, obtuvo permiso para presenciar el vuelo secreto con la condición de que no se informara hasta que hubiera finalizado por motivos de seguridad operativa.
Durante el vuelo de simulación el F-16 realizó maniobras a más de 880 kilómetros por hora. De acuerdo a lo relatado a la prensa, se enfrentó casi cuerpo a cuerpo con un segundo F-16 pilotado por un humano mientras ambos aviones transitaban a escasos 300 metros el uno del otro, girando y dando vueltas para tratar de forzar a su oponente a posiciones vulnerables.
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