El presidente ruso, Vladímir Putin, y los nueve líderes extranjeros invitados a la parada militar de la victoria sobre la Alemania nazi, incluido el cubano Miguel Díaz-Canel, rindieron hoy memoria a los caídos en la Segunda Guerra Mundial.
Al término del desfile en la plaza Roja, los mandatarios se dirigieron a pie a los Jardines de Alejandro para hacer una ofrenda floral ante la Tumba al Soldado Desconocido, situado a los pies de las murallas del Kremlin.
Putin y Díaz-Canel, que se reunirán más tarde, tuvieron oportunidad de departir con la ayuda de un intérprete, según se pudo ver por televisión.
Seguidamente, el jefe del Kremlin y sus invitados de honor, que incluyen a seis dirigentes de repúblicas exsoviéticas, incluida Bielorrusia y Kazajistán, y también a los líderes de Laos y Guinea Bissau, se desplazaron al Kremlin.
Los líderes occidentales no acudieron a la parada, en la que participaron soldados que han combatido en Ucrania en el marco de la actual campaña militar rusa.
Más de 9.000 soldados participaron en el desfile que arrancó como es tradicional a las 10.00 hora local (07.00), a lo que hay que sumar unos 70 equipos de combate, entre ellos misiles intercontinentales Yars.
Putin, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, presidió el acto después de tomar posesión el martes como jefe del Kremlin para un quinto mandato de seis años.
En su intervención en la plaza Roja, criticó el revanchismo occidental, pero aseguró que Rusia hará todo lo posible para evitar un “enfrentamiento mundial”.
Similares paradas militares transcurrieron en más de una veintena de ciudades rusas, aunque varias urbes situadas en la parte europea de Rusia cerca de Ucrania, incluida la anexionada península de Crimea, cancelaron los desfiles por motivos de seguridad. EFE