El exabogado militar australiano David McBride, quien ayudó a filtrar presuntos crímenes de guerra cometidos por soldados del país oceánico en Afganistán, fue condenado este martes a cinco años y ocho meses de cárcel por robar y compartir ilegalmente con la prensa información clasificada.
El juez David Mossop del Tribunal Supremo del Territorio de la Capital Australiana, rechazó el argumento que aseguraba que McBride, quien podrá acogerse a la libertad condicional en dos años y tres meses, creía “que lo que estaba haciendo no constituía un delito”, según la cadena pública australiana ABC.
El magistrado, quien consideró que el exabogado, de 60 años, no se mostraba arrepentido por su delito, justificó su fallo al remarcar que era importante “disuadir a otros” para que aprendan que “incumplir sus obligaciones legales (…) se castigará con penas importantes”, precisó la ABC.
La sentencia dictada hoy en Camberra se da después de que McBride se declarara en noviembre pasado culpable de tres cargos después de que el juez Mossop se mostrara entonces a favor de que el Gobierno mantenga en secreto pruebas claves para su seguridad nacional, lo que evitaría que se muestren a un jurado.
Día negro para la democracia australiana
La condena provocó fuertes críticas, entre ellas Stella Assange, esposa del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien está detenido en Reino Unido y es requerido por Estados Unidos para ser juzgado por la filtración la década pasada de cientos de miles de documentos secretos sobre la guerra de Irak y Afganistán.
“Escandalosas noticias desde Australia”, escribió hoy Stella Assange en X al quejarse de que la persona que expuso “la impunidad de los crímenes de guerra de la ADF en Afganistán, ha sido condenado a 5 años y 8 meses”. “La única persona que va a la cárcel por los crímenes de guerra es el hombre que sopló el silbato”, criticó.
“Este es un día negro para la democracia australiana”, dijo el director jurídico del Centro Legal de Derechos Humanos, Kieran Pender, en un comunicado, al referirse a lo que considera la primera condena contra un informante en la historia moderna del país oceánico.
Pender advirtió también que “el encarcelamiento de un denunciante de irregularidades tendrá un grave efecto amedrentador sobre los posibles reveladores de la verdad. Nuestra democracia se resiente cuando la gente no puede denunciar posibles irregularidades”.
Las filtraciones a la prensa
McBride, que fue abogado en el Ejército australiano, filtró documentos secretos militares a los periodistas Andrew Clarke, Chris Masters y Dan Oakes entre los años 2014 y 2016, lo que sirvió para que la cadena pública australiana ABC emitiera en 2017 el programa “Archivos de Afganistán” que reveló presuntas ejecuciones ilegales de prisioneros en ese país.
Estas denuncias periodísticas también impulsaron una investigación oficial para averiguar los presuntos crímenes de guerra perpetrados en Afganistán por sus tropas entre 2005 y 2016, después de que múltiples denuncias salieran a la luz.
La investigación publicada en 2020 recomendó que una veintena de soldados australianos de élite fueran investigados por el presunto asesinato de 39 civiles fuera de las operaciones de combate en el país asiático entre 2005, año en que reforzó su presencia militar, y 2016, cuando se ordenó la investigación.
Australia llegó a desplegar hasta 1.500 soldados para operaciones de combate entre 2001 y 2014 en Afganistán, lo que se consideró como la mayor aportación militar de un país fuera de la Alianza Atlántica, y desde entonces mantiene reducidos destacamentos militares dedicados a labores de capacitación y entrenamiento. EFE