Los feroces combates que libran las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra Hamás en el norte y el sur de Gaza causaron en la Casa Blanca ciertas dudas sobre la estrategia que ejecuta el Gabinete de Guerra liderado por Benjamín Netanyahu para derrotar al grupo terrorista financiado por Irán.
Román Lejtman
Cuando las tropas israelíes invadieron la Franja por el norte -fin de octubre de 2023-, Hamás se replegó hacia la ciudad de Gaza para terminar en Rafah, que limita con la frontera de Egipto. Y meses después, cuando la ofensiva militar de Israel se concentró en el sur, los terroristas liderados por Yahya Sinwar recuperaron una parte del territorio perdido en Beit Lahia, la ciudad de Gaza y Jabaliya.
Este escenario bélico tiene la forma de la pesadilla política que pretendía evitar Joe Biden ante el plan de batalla que despliega el premier Netanyahu en Gaza. Es decir: un nuevo enfrentamiento en toda la Franja, mientras miles de civiles inocentes tratan de huir hacia zonas con menor intensidad en el fuego cruzado.
Los combates se sucedieron ayer en la ciudad capital y en los barrios de Zeitoun, Beit Lahia y Jabaliya, ubicados al norte y noreste de Gaza, en tanto se reportaban lanzamientos de cohetes, morteros y ataques aéreos en las cercanías de Rafah, al sur de la Franja.
La recuperación que hizo Hamás de una parte del territorio que había cedido a la ofensiva de Israel, coloca en un dilema táctico al Gabinete de Guerra que encabeza Netanyahu junto al ministro de Defensa, Yoav Galant, y al reconocido general Benny Gantz.
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