“Imaginemos por un momento el país que viene”: Edmundo González Urrutia habla pausado y monótono, pero su discurso despierta pasiones. Es el primer acto de masas de este ilustre desconocido que se convirtió en el candidato de la oposición de Venezuela para enfrentar a Nicolás Maduro el 28 de julio.
El mitin se celebró este sábado en La Victoria, una ciudad del estado Aragua a una hora de Caracas. Aquí nació este diplomático de carrera hace 74 años.
“Yo garantizo una alternancia en paz”, promete el candidato, aclamado con la consigna “¡se ve, se siente, Edmundo presidente!” que corean miles de asistentes.
González Urrutia fue designado por la coalición Plataforma Unitaria Democrática (PUD) como candidato unitario tras la inhabilitación de la favorita María Corina Machado y el veto a la primera opción para sustituirla, Corina Yoris.
Su candidatura fue inscrita in extremis, durante una corta prórroga al lapso de postulaciones. En principio sería provisional pero los partidos de la PUD lo ratificaron de forma unánime.
“Todo el mundo con Edmundo / Vamos al cambio rotundo”, suena la canción de la campaña por el parlante una y otra vez. “No tenemos excusa, ya tenemos candidato / Construyamos el futuro / Que se enteran los vecinos y las vecinas que Edmundo González es el de María Corina”.
María Corina Machado es el alma de la campaña. Vestida de blanco llega al acto por donde está la gente, algo ya convertido en tradición: todos quieren tocarla, besarla, que cargue niños. El calor es abrasador, pero ella no pierde la sonrisa. Después de 10 minutos, llega al escenario entre aplausos.
– “Somos victoriosos” –
Mientras Machado recupera el aire, habla Edgar Benarroch, un académico que creció con González y analiza la difícil misión de derribar a Maduro, quien busca un tercer mandato que lo proyecte a 18 años en el poder y a más de tres décadas de chavismo.
“Tenemos que limpiar la casa para levantar la Venezuela que queremos conquistar”, indica. “Hay que cuidarse de los animales venenosos y ponzoñosos que saltarán, pero tendrán que irse”.
En cada pausa, la gente clama por María Corina -como todos la llaman, sin apellido-, para que tome de una vez por todas el micrófono.
“Este día luminoso es un día histórico que lo vamos a recordar toda la vida”, señaló Machado con el brío que caracterizan sus discursos. “Somos victoriosos y victorianos”, el gentilicio de esta ciudad donde se libró en 1814 una batalla clave en la independencia de Venezuela.
“Creyeron que nos iban a quitar la fuerza, que iban a frustrar o desmoralizar a nuestra gente. Y no, señor, lo único que nos dieron fue más razones para luchar”, siguió Machado entre aplausos.
Le sigue entonces González Urrutia, presentado como “el próximo presidente de Venezuela”.
Promete “un país en el que el presidente no insulta” a sus adversarios, marcando distancia del estilo siempre beligerante del chavismo gobernante por 25 años. “Un país en el que al llegar a casa del trabajo sepas que tu dinero vale, que al encender el interruptor habrá luz, habrá agua. Un país en el que la salud no esté enferma y la educación eduque. Un país sin presos políticos”.
Los asistentes precisamente piden en sus pancartas el fin los cortes eléctricos o de agua, o las filas para repostar gasolina, todo más frecuente y severo en la provincia.
González ya había acudido a un acto político en Caracas esta semana, pero mucho menor al de La Victoria.
El chavismo organizó en paralelo una marcha en esta ciudad, siguiendo una estrategia de seguir a Machado.
Diosdado Cabello, considerado el dos del chavismo, tachó a González de “títere”, de “monigote”. “Es el candidato de los que pidieron sanciones, de los que pidieron bloqueos, de lo que pidieron invasiones”, espetó desde la tarima.
AFP