Las semillas desde hace miles de años son utilizadas por las distintas culturas no sólo como medio para obtener alimentos en forma de plantas, sino también como fuente de nutrición en sí mismas.
Por Infobae
Al estar repletas de vitaminas, minerales y antioxidantes, ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y prevenir enfermedades. Además, su alto contenido de ácidos grasos esenciales, como los omega-3 y omega-6, promueve la salud cardiovascular y cerebral.
Las más recomendadas por los expertos son las semillas de chía, lino, cáñamo y calabaza. Incorporarlas a la dieta es muy fácil, puede ser un gran aporte a la salud y a una mejor calidad de vida a corto y largo plazo. La cantidad de fibra que le brindan al organismo favorece a una absorción de los nutrientes más efectiva por parte del sistema digestivo, además de generar una sensación de saciedad que previene el consumir alimentos en exceso y, en consecuencia, ayuda a regular el peso y el azúcar en sangre. Esto contribuye a lograr tener una vida más larga y saludable.
Semillas de chía
Las semillas de chía provienen de la planta herbácea Salvia hispanica, originaria de Centroamérica. Se caracterizan por ser extremadamente pequeñas, pero a la vez muy saludables. Las civilizaciones maya y azteca las consumían, y eran un gran pilar de su alimentación. Para consumirlas, se las puede agregar a postres, licuados, ensaladas, panes y hasta como reemplazo del huevo en algunas recetas, ya que al combinarlas con agua pueden generar una textura gelatinosa que cumpliría la función ligante del huevo.
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