A 39 días de su detención, visiblemente afectado de salud luce el activista de derechos humanos y comunicador social recluido en la cárcel de máxima seguridad de El Helicoide, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), a quien se le permitió ser visto sólo por dos familiares.
Tras ser incomunicado por seis semanas en la que hubo violación a sus derechos fundamentales, “a Carlos Julio se le encontró con una condición física inestable. Su tensión está seriamente descontrolada y tiene recurrentes visitas al baño”, relató su cónyuge, Francy Fernández.
Expresó que el coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas solicitó atención médica urgente, “le pedimos a las autoridades del SEBIN que permitan la visita de un cardiólogo para que controle el grave problema de hipertensión que aqueja a mi esposo, además presenta otros síntomas que deben ser evaluados”.
Responsabilizó al Estado de cualquier complicación de salud que manifieste el activista, “seguir negando la asistencia médica a un privado de libertad en el derecho penal internacional es considerado como una forma de trato cruel e inhumano. Nos preguntamos por qué el régimen se ha ensañado contra Carlos Julio, al cumplir con su labor periodística de informar y promover acciones de mejora para el cambio social en su parroquia Candelaria. Todo el país sabe que es inocente de lo que se le acusa”, afirmó.
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