Además de invocar la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) para modificar reglamentos redactados por el Congreso para un propósito distinto al que existe ahora, el presidente Joe Biden invocó la semana pasada una segunda sección que, entre otras medidas, prohíbe a ciudadanos estadounidenses salir o entrar a Estados Unidos sin permiso o pasaporte.
Por Univision
Los cambios anunciados por Biden son considerados por los propios demócratas y organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes como el intento más enérgico del mandatario en un tema que, durante su campaña, prometió defender contra cualquier obstáculo.
La nueva regla restringe el asilo de extranjeros que cruzan ilegalmente al país entre puertos fronterizos si durante la última semana se registraron más de 2,500 detenciones o hallazgos. Los arrestados serán puestos en proceso de deportación acelerada y castigados con cinco años de prohibición de ingreso.
En 2020 Biden acusó al expresidente Donald Trump de haber usado el poder ejecutivo para dañar el debido proceso migratorio, utilizando las herramientas de que dispone el Ejecutivo para cambiar normas que dificultaron que los extranjeros pudieran pedir asilo en la frontera.
Trump se valió para ello de la invocatoria de las secciones 212(f) y 215 de la INA, las mismas que ahora utiliza Biden, pero con propósitos diferentes, según las explicaciones dadas por Biden al momento de justificar la orden ejecutiva firmada el martes de la semana pasada.
Razones distintas, objetivo parecido
Desde principios de 2017 Trump utilizó ambas secciones para frenar la inmigración indocumentada bajo el argumento que la situación de la frontera se había convertido en una amenaza a la seguridad nacional y pública de Estados Unidos.
Para ello emitió dos órdenes ejecutivas que en resumen prohibieron las ciudades santuario, ordenó la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México y criminalizó la estadía indocumentada, hasta ese momento una falta de carácter civil no criminal.
Bajo este último propósito, Trump emitió nuevas prioridades de deportación que incluyeron a la totalidad de los 11 millones de indocumentados que había en ese momento, sin excepciones. Y luego ordenó separar familias que venían en busca de asilo levantándoles a los padres cargos criminales por ingreso ilegal a Estados Unidos.
E incluso intentó cambiar el poema icónico de Emma Lazarus en el pedestal de la Estatua de la Libertad y que se asocia con el alma de Estados Unidos, para sugerir que su gobierno sólo acogerá a aquellos extranjeros que pueden “pararse (sostenerse) por sí mismos”, dando a entender que los pobres no tienen chance de reclamar asilo porque pueden ser una amenaza para convertirse en carga pública.
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