Ángel Montiel: El cuento chino de las sanciones

Ángel Montiel: El cuento chino de las sanciones

Los gobiernos populistas y autoritarios que tienen sanciones recurren al discurso de culpar a estas penalizaciones de la debacle económica y social que sufren los países.

Ya la gente lo ve como otro de los cuentos chinos de estos régimenes poco democráticos.

No pierden un segundo para decir “es culpa de las sanciones unilaterales impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea para hacerle daño a nuestro país”,  un discurso gastado que no convence a nadie cuando la realidad es que teniendo todos los recursos y poderes en sus manos  han dejado, sin inmutarse, que llegue el colapso definitivo.





Confieso que no estoy de acuerdo con ningún tipo de sanciones,  está demostrado que no logran el objetivo de liquidar con  las tiranías sino que al contrario le dan argumentos para sus campañas de propaganda y su permanencia en el poder.

Muchos consideran que las sanciones son un obsequio para estos gobiernos populistas y autoritarios.

Es sistemático como los aparatos de propaganda tratan de victimizar a los gobiernos totalitarios al hacer ver que no son responsables de esta tragedia que  viven la población usando todos los mecanismos de desinformación y manipulación para señalar a los Estados Unidos como únicos responsables de la difícil situación que hoy atraviesan.

En el caso de Venezuela es oportuno señalar que cuando el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ejecuta la primera sanción económica a finales de 2018 Venezuela traía cinco años de recesión económica con una caida vertiginosa de 40 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), una contracción del comercio exterior y un proceso inflacionario creciendo sistemáticamente.

En un informe de Provea el economista Manuel Sutherland señaló que “las sanciones han sido la justificación de todos los problemas del país, lo cual no parece del todo cierto. Hay un olvido  de las  políticas económicas que han sido la base de la crisis previa a las sanciones”.

Es bueno recordar que las sanciones norteamericanas estaban destinadas a 930 funcionarios, instituciones públicas relacionados con el gobierno venezolano y solo un pequeño porcentaje estaba dirigido a la economía del país.

Para el 2018 la pobreza en Venezuela cubría al 88 por ciento de la población según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) y el salario era de  apenas  2,2 dólares y al menos 3 millones de venezolanos habían salido del país según las cifras de ese entonces de la Agencia de la ONU para Refugiados (Acnur).

Los expertos señalan que antes de las sanciones   la inflación en noviembre de 2017 tenía la cifra aterradora de 2 mil 800 por ciento.

La tiranía teocrática de Irán desde el año 1979 está sancionada por los Estados Unidos y la Unión Europea y ese país ha logrado exportar vehículos, gasolina, tecnología de refinación petrolera, construcción de viviendas.

Con mucho más años de sanciones Irán es capaz de producir y exportar bienes.

Ha existido en todos estos años una política de desinformación y ocultamiento de la realidad de la destrucción de la industria petrolera, la ruina del sector salud, el empobrecimiento de los trabajadores con salarios de hambre.

La realidad es que no son las sanciones es el modelo que empobrece a la población, estimula el éxodo y termina acabando con todo un país.

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